Monición de entrada. Domingo 12º del T.O.

Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó: “¿Quién dice la gente que soy yo?”. Ellos contestaron: “Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas”. Él les preguntó: “Y vosotros, ¿Quién decís que soy yo?”. Pedro tomó la palabra y dijo: “El Mesías de Dios”. Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y añadió: “El Hijo del Hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día”. Y dirigiéndose a todos, dijo: “El que quiera seguirme, que se niegue a si mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará”.



DIÁLOGO

Lucía.- El Evangelio de hoy nos presenta a Jesús orando sólo, hablándole al Padre, en presencia de sus discípulos. Llevaba más de un año con ellos, quiso hacerles una encuesta y les preguntó: “¿Quién dice la gente que soy yo…?”

Pablo.- Jesús, antes de tomar una decisión importante, siempre habla primero con el Padre. La oración es muy importante en su vida. ¿Y para ti, es importante la oración? ¿Con quién hablas tú?

Natalia.- Los apóstoles le contestaron lo que cada uno había oído: “Unos que Juan el Bautista, otros que Elías… o uno de los antiguos profetas”. Era la preparación de la pregunta importante….

Jorge.- Jesús, tras un silencio, les lanzó la pregunta comprometida: “Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?”. Pedro se quitó el miedo y le dijo lo que ellos pensaban: “El Mesías de Dios”.

Lucia.- ¡Jesús, Tú eres el enviado de Dios! Tu vida entregada por nosotros nos enseñó el verdadero camino hacia el amor. Pero como los apostoles no tenían todavía esto muy claro, Jesús les dijo que se lo callaran.

Pablo.- Después, Jesús les anunció su propia muerte y resurrección. ¿Cómo iban a entender los apóstoles ese mensaje de la Pasión de Jesús? Todavía les quedaba mucho por aprender.

Natalia.- Pero Jesús fue más allá y les dijo: “el que pierda su vida por mi causa, la salvará” ¡Ahora sí que no entendieron nada! ¿Qué era eso de perder la vida para salvarse?

Jorge.- Mi abuelita dice cada uno tenemos un tiempo para vivir, y que vivir sin amar, es como estar ya muerto. Quien teme perder su vida por los demás, ése no ha llegado a entender lo que es amar. ¡No ha encontrado a Dios!

Lucia.- ¡Que locura! Hay gente que vive escondida, apartada de los problemas de su familia, de su barrio o de su parroquia. Nunca está dispuesto a ayudar al necesitado, dice que eso es perder el tiempo.

Pablo.- Perder el tiempo es ver la tele, mientras yo, tu hijo, te necesito. Perder el tiempo es querer tener mucho más de lo que necesitas, a costa de abandonar a tu familia. Perder el tiempo es no sentir lo que yo os quiero y lo que vosotros me queréis.

Natalia.- Jesús nos dice que debemos “complicarnos las vida”. Si somos “pasotas”, construiremos una sociedad pasota. Pero si somos solidarios, creceremos como personas, y construiremos un mundo mejor, de la mano de Jesús.

Jorge.- ¿Eres tú capaz de contestar a Jesús? ¿Quién es Jesús para ti? ¿Un conseguidor de milagros o un ejemplo de amor? ¿Alguien a quien temer o alguien a quien tener en tu corazón? ¿Eres un valiente para seguirle o sigues escondido detrás del poder o del dinero? ¡Si compartes tu vida, la salvarás para siempre! ¡Porque Jesús te ama!