Davos
se muda a Singapur
Por Rainer Uphoff
Como los participantes de la cita original de enero en Davos ya se
habían reservado el hueco habitual en su agenda, aprovecharon y nos dieron sus
lecciones (si alguien encuentra algún conato de diálogo abierto, me avisa, por
favor) por videoconferencia. Han pasado por la pantalla todos los jefes de
gobierno del G7, con dos notables ausencias: Reino Unido, con Johnson castigado
por los globalistas por ser culpable del Brexit, y EE. UU., destronados del liderazgo mundial tras cuatro años de aislacionismo
Trump, al menos en la visión de China, y con Biden aún despistado. También
aparecieron telemáticamente Putin, el BCE, el FMI...
Y, por supuesto, desfiló por las pantallas esa
maravillosa retahíla siempre presente de bien alimentados representantes de
una "sociedad civil" imaginaria, engordada por los poderosos: desde
el lobby de las vacunas GAVI con apariencia de ONG hasta multinacionales de la
solidaridad como Oxfarn, sindicatos oficíalistas, los ecologistas pro-sistema
del WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza), todos ellos jaleados, además, por
el habitual ecosistema de animadoras-inquisidoras del generismo e indigenismo
chic (que ningún "indígena" de Bolivia, del Chad o de Suiza reconocería como
representante suyo pero que vive bien del cuento), con su catecismo sobre cómo
"les persones modernes y politiquemente correctes" deben pensar y
actuar para dotar de legitimidad a las instrucciones que nos dieron los
Grandes.
Una legitimidad que el propio Foro reconoce cuestionada cuando en el
vídeo de presentación oficial de este año, asombrosamente a la defensiva,
admite que las llamadas por la globalización de los diferentes líderes "podrían interpretarse como sí
existiera una conjura universal por el gobierno mundial". Pero no, anuncia
el vídeo, no debemos preocuparnos por eso porque "el mundo es mucho más
complejo que eso". Signifique Jo que signifique la palabra complejidad para los
líderes mundiales reunidos en este Foro.
¿En qué consiste ese "gran reinicio"?
Desde 2016, el Foro giraba alrededor de la "cuarta revolución industrial" (la confluencia de las
biotecnologías con la inteligencia artificial para sustituir los trabajos
administrativos, robotización para acabar con los trabajos manuales, 5G para
que no se les escape nada de lo que hagamos, etc.). Un video del Foro de 2017
promete ocho grandes cambios en nuestra forma de vivir de aquí al 2030 (en
cursiva una posible lectura alternativa);
1. No tendrás propiedades y serás feliz.
Podrás alquilar cualquier cosa que necesites, y te la llevará un
dron a casa.
El Gran Poder capitalista expropiará a sus súbditos
igual que lo hizo el comunismo a fin de privarle de la seguridad y libertad de poder
tomar
decisiones autónomas y personales.
Además, se eliminará el trabajo para personas menos
cualificadas, como los
repartidores, que pasarán a ser Grandes Dependientes del sistema.
2. EE.UU.
no será la primera potencia mundial. Un puñado de países le sustituirán.
3. No tendrás que esperar tu trasplante de órgano. Ya no se trasplantarán,
sino se "crearán".
Aceptaremos el transhumanismo,
los implantes, ser un Cyborg televigilado en todas nuestras constantes vitales
y existenciales.
4. Comerás menos carne.
La carne no será un alimento básico para el bien del medio ambiente y
de tu propia salud.
Te diremos hasta lo que tienes que
comer y crearemos una moral alimenticia para que te sientas culpable
o ejemplo para los demás con nimieces como esta.
5. Mil millones de personas tendrán que desplazarse por el cambio
climático.
Tendremos que integrar mejor a estos refugiados.
Que
sepas que no hay pobres Sólo refugiados por el cambio climático. No hay
víctimas por las injusticias económicas, sólo desplazados por la naturaleza
que serán recibidos con los brazos abiertos porque necesitaremos unos cuantos esclavos.
6. Las empresas tendrán que pagar por emitir dióxido
de carbono. Esto acelerará la desaparición de los combustibles fósiles.
Sólo permitiremos fuentes de
energía que puedan ser gestionadas digitalmente. Que no existan economías paralelas fuera de
nuestro control.
7. La humanidad podrá viajar a marte.
Los científicos están trabajando para facilitar la investigación
desde el espacio.
Los transhumanos estarán preparados
para ir a colonizar marte. Atrás quedaremos los mortales que tendremos que
alquilar hasta los órganos impresos a 3D para seguir viviendo.
8. Los valores occidentales serán puestos a prueba. Los valores que
sustentan nuestras democracias deben ser considerados.
Irán al basurero de la historia
el grito de Libertad, Igualdad, Fraternidad (versión francesa), Unidad, Justicia,
Libertad (versión alemana) o Unidad, Justicia, Paz, Bienestar y Libertad (versión
norteamericana).
¡Fuera los Derechos Humanos y
demás fósiles culturales de origen cristiano!. Que nadie diga a los poderosos lo que está bien y lo que
está mal y, por supuesto, no se considere legitimado por ningún
valor a luchar contra sus agresiones e injusticias, porque sólo ellos serán dios. Especialmente, Xi Jinping.
En el foro de este año pasamos del "qué al cómo": tras años
de definir la estrategia, toca pasar al plan de acción. Como otras veces, las
grandes think-tank de las
multinacionales del conocimiento MeKinsey y
Boston Consulting Group definieron título y temario: "El gran Reinicio".
Xi Jinping lo dejó claro en su conferencia inaugural: ya no existe una supremacía de ningún estado
sobre otro (léase de EE.UU. sobre China), ya nadie puede interferir en los
asuntos internos de otro (léase defender en China a musulmanes, cristianos o
demócratas) y la pandemia ha demostrado al mundo la necesidad de actuar juntos
contra el virus (léase someterse al nuevo orden mundial liderado por China, un
orden mundial libre del sentimentalismo, de los derechos humanos y que promete
respetar a cualquier régimen totalitario o dictador siempre que cumpla las
reglas del Gran Timonel mundial).
Ya sabemos incluso el terna del año que viene, porque suele coincidir
con el título del último libro anunciado bajo la supuesta autoría del fundador
y presidente del Foro, el Bilderberger Klaus
Schwab, pero habitualmente escrito por McKinsey: Stakeholder Capitalism. Es un término intraducible al español que
significa algo como "capitalismo gestionado por todos sus implicados y
afectados (accionistas, gobiernos, ciudadanos afectados, clientes... )".
Tocará convencernos de que el tigre puede ser vegetariano mientras no deja de
tragarse cada vez más realidades sociales, políticas, económicas y culturales.
Algo están tramando cuando los grandes CEOs del planeta anuncian que
el "capitalismo
actual ya no es sostenible". Pasarnos, pues, a su siguiente vuelta
de tuerca.
En resumen: el presidente chino Xi Jinping está pletórico porque
piensa que ya no tiene adversario en el largo plazo. El gran capital mundial
también, porque tiene un defensor que tiró por la borda el hipócrita discurso
de los "derechos humanos" con los que se excusaban los poderes
occidentales y viene de una cultura milenaria en la que la persona no tiene
libertad, y el poder político hasta tiene derecho a subir y bajar la fertilidad
de las familias en función de las conveniencias económicas y políticas (algo
que, en occidente, se ha encomendado a la ideología de género).
Todo esto podría parecer preocupante y descorazonador hasta extremos
nunca conocidos en la historia de la humanidad porque, si creemos a estos autoelegidos prohombres
de la nueva patria mundial, sólo habrá lugar para aquellos que se someten a
sus dictados, cada vez más perversos y menos disimulados.
Pero no cuentan con cómo es el ser humano, por mucho que nos quieran destruir todo resquicio de pensamiento
crítico y valores solidarios, con un ejército de influencers
y un sinfín de series de Netflix o HBO.
Todos los regímenes que ignoraron el poder de los
pobres, ( ... ) al final demostraron
tener los pies de barro.
Llama poderosamente la atención como sólo tienen en consideración a
dos mil millones de personas que viven bien en Occidente y China,
consintiendo, además, un ejército de mil millones de esclavos, llamados
"refugiados climáticos".
Los otros cinco mil millones de habitantes
de la tierra, los pobres, no se mencionan. Se ignoran. Sobran.
El nuevo capitalismo globalista, que nos quiere hacer creer que el
virus que hace enfermar la Tierra no es él, sino "la superpoblación",
quiere un planeta Tierra con sólo dos mil millones de habitantes (más los
esclavos que hagan falta para servirles).
Todos los regímenes que ignoraron el poder de los pobres, de su
sabiduría real, de sus familias, escuelas de solidaridad vivida, de su lucha
común por un ideal justo y de ser los únicos guardianes del tesoro más
apreciado, el sentido de la vida, al final demostraron tener los pies de barro.
Los poderosos lo saben y por eso hacen lo posible para alienar a
"los de abajo" con
pan y circo, o sea, porros, cerveza y futbol, Tiktok,
Fortnite, Netflix ... O de emprender genocidios. Pero las víctimas, al final
descubren que lo son y descubren el poder de su unión.
Defendamos un mundo sin banderas ni
fronteras ni discriminación. El primero que lo proclamó
fue san Pablo en el Nuevo Testamento: no hay griego ni judío, no hay esclavo
ni libre, no hay hombre ni mujer.
No son valores "occidentales" sino
universales. Por tanto, no consintamos
que ninguna ideología, ni ninguna imposición totalitaria nos los robe.
Igualmente, jamás permitamos desmontar los derechos humanos, es la
base para la convivencia entre personas y los pueblos.
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