LA SUBLIME FUERZA DEL DOLOR CRISTIANO (Manuel Lozano Garrido "Lolo")



    Os presentamos "Carta a un enfermo que ora" escrita por Manuel Lozano Garrido "Lolo".
    Frente a la cultura de la muerte que presenta el dolor como indignidad de la vida y la eutanasia como solución, Lolo nos muestra la otra cara del dolor mirándolo desde la Cruz de Cristo y su fuerza redentora; el dolor, el sufrimiento toma una perspectiva diferente, se llena de sentido, de amor a Dios y a los hermanos.




     Los enfermos, Señor, no nos acercamos a Ti porque estamos en Ti.

     Somos los más útiles de la humanidad porque velamos por ella. Y estamos en todas partes.

     Echamos todo nuestro peso en la economía santa del hogar difícil. Dios no nos pedirá cuentas del dinero que hemos gastado en Medicinas, sino del tiempo que hemos invertido en pedirle por los demás.

     Muchos sonríen porque les va bien con las cosas de aquí; nosotros estamos alegres, porque tenemos mucho que ofrecer y dar por los demás. 

    Todos trabajan y se mueven; nosotros pedimos y pedimos para que ese trabajo sea santo.

     Cuando todos desesperan por contrariedades tontas, nosotros somos especialistas en la esperanza.

     Nuestro porvenir es la cama de un hospital y el incesante dolor. Señor: ¿No se hacen así los santos?

     Y nos es permitido soñar contigo, y amar a las mujeres y a los hombres y acariciar con la mirada a todos nuestros hermanos. 

     Y sabemos, también, que tenemos reservada para nosotros una empresa muy grande: trabajar día y noche para salvarnos y para hacernos santos y ayudar a los hombres para salvarse, unidos.

     Haz, Señor, que comprendamos la sublime fuerza del dolor cristiano. Y que ésta fuerza sea útil. Y que palpemos nuestra vocación y su sentido íntimo y universal.

     Recoge, Señor, como un manojo de lirios en tus manos clavadas, la utilidad que te ofrecemos para que la eficacia redentora universal sea cierta.

     Gracias, Señor, porque la salvación del mundo la has puesto en nuestras almas.

     Que no os defraudemos. ¡¡ Así sea!!

                                                                                                                           Manuel Lozano Garrido