Dijo Juan a Jesús: “Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros”. Jesús respondió: “No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro. Y, además, el que os dé a beber un vaso de agua, porque seguís al Mesías, os aseguro que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te hace caer, córtatela: Más te vale entrar manco en la vida que ir con las dos manos al abismo, al fuego que no se apaga. Y si tu pie te hace caer, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida que echado con los dos pies al abismo. Y si tu ojo te hace caer, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios que ser echado con los dos ojos al infierno, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga”.
DIÁLOGO
Pablo.- “El que no está contra nosotros, está a favor nuestro”. La sencillez de Jesús destroza la arrogancia de nuestros pensamientos, nos habla del “discípulo anónimo”.
Irene.- Los discípulos creían que sólo ellos, por ser los compañeros de Jesús, estaban en posesión de la caridad, de la bondad y del amor.
Carlos.- Para Jesús, lo importante son nuestros actos y nuestra forma de compartir, nuestro trabajo honrado, nuestro ejemplo de vida.
Triana.- ¡Ser seguidor de Jesús no es colgarte el carné de cristiano!: es vivir como Cristo vivió, es apasionarte por ayudar a los demás.
Pablo.- ¡Ah ya entiendo! Lo importante es que las personas noten que soy un seguidor de Cristo: por mis obras, por mi entrega, sin tener que presumir por ello.
Irene.- Amar y seguir a Jesús no debe ser un esfuerzo, debe ser nuestra forma natural de convivir, ¡porque sin Jesús y sin la esperanza de encontrarte con Él ¡la vida pierde sentido!
Carlos.- Jesús también nos advierte de los fabricantes del mal: enseñan a mentir, siembran el odio, hacen perder el respeto a los padres, y la dignidad de las personas.
Triana.- ¡Su fruto es el escándalo! Jesús es muy duro con esas personas, cuando lo practican con los más inocentes, con los de buen corazón, con los más pequeños de la comunidad.
Pablo.- ¡Ah, ya sé! "Es-can-da-lo, es un escándalo…" ¿O te refieres a los gritos que damos en casa?
Irene.- ¡Que gracioso eres! El tema es más grave. Escandalizar es enseñar a los demás a hacer el mal, haciendo creer que es lo normal.
Carlos.- ¡Ya caigo! Como por ejemplo: matar a los niños en el vientre de su madre, o vender o consumir droga.
Irene.- Jesús te lo dice bien claro: corta con la gente que hace el mal, corta con los malos ambientes. Y defiende la vida y la dignidad de las personas, de la mano de Jesús.