Después de Jesús, es imposible seguir hablando de Dios como se hacía en del Antiguo Testamento y como se suele hablar en el resto de "concepciones de Dios" que sostienen las religiones.
El DIOS-AMOR-JUSTICIA-VERDAD-PAZ-LIBERTAD-BONDAD-FRATERNIDAD... que nos deja Jesús, es algo que transforma y revoluciona todo. Él mismo es la expresión viviente de todos estos VALORES absolutos e inapelables sin los cuales, el hombre no puede vivir ni desarrollarse como persona.
Por eso, cuando alguien dice y sostiene: NO CREO EN DIOS, hay que entender que no cree en el amor, en la justicia, en la verdad, en la paz, en la libertad... y, si es que no LO acepta y es consciente de ello, hay que entender también que es una persona que se opone y mantiene su oposición a estos grandes valores del Reino, pues no creer ni aceptar EL AMOR, la JUSTICIA... es hacer una opción por el odio, la injusticia, la mentira, la guerra, la corrupción...
Cuando planteas el argumento así, la gente protesta y se revuelve y hasta te insulta porque dice que ¿Qué tiene que ver Dios con todo esto?
Hay por ahí una canción muy bonita que dice:
"Donde tú dices ley, Yo digo Dios.
Donde tú dices paz, Justicia, Amor.
¡yo digo Dios!
Donde tú dices Dios,
¡yo digo libertad, Justicia. Amor!..."
Esto no lo acepta una gran cantidad de gente y sigue sosteniendo aquella imagen del Dios policía, ogro, castigador, que disfruta haciendo sufrir a los humanos, que necesita aplacar su ira con promesas y sacrificios... Es decir: el dios del miedo y el terror de muchas religiones y del A.T. que Jesús vino a desvelar y, cuando lo hizo, se escandalizaron y lo mataron... y seguimos haciendo lo mismo, sin haber avanzado en nada.
En una conversación con un amigo, muy preocupado por el tema de la fe, daba sus razones, que coincidían con todo esto que he expuesto y por las que él consideraba que el tema de Dios no tiene más apoyatura que la justificación que han dado aquellos que manipulan la debilidad del hombre a base del miedo a un castigo, que empieza aquí y lo trasladan hasta después de la muerte; eso –decía- ha existido siempre, y la iglesia se fundamenta en esta misma debilidad del hombre e impone su sistema de miedo y opresión, por tanto, -concluía diciendo- "Dios es un invento basado en el miedo, para tener sometida a la persona y poder manipularla".
A partir de esta premisa me fue poniendo hechos y situaciones concretas de la vida que demuestran –para él- la no existencia de Dios y la falsedad del mito; el “dios” que -según él -presentaban, es un insulto y una aberración que no se puede creer. Efectivamente, en ese "dios" tampoco yo creo.
Según él, el ser humano llega a la vida como cualquier animal o cualquier planta, recorre su ciclo vital y muere como todo lo que existe en la naturaleza, de la que formamos parte como una pieza más de ella.
Según esta manera de pensar, lógicamente, no tiene sentido nada de lo que se hace en beneficio de los demás, ninguna de las ilusiones y sueños del ser humano sobre el engrandecimiento del mundo y de su persona y el progreso; menos aún tiene sentido el que nos preocupemos por las generaciones venideras; si cada uno completará su ciclo vital y se marchará, pues que cada uno vea cómo se las arregla…la vida no tiene sentido ninguno; se trata de vivirla y sufrir en ella lo menos posible gozando al máximo y desentendiéndose de todo y de todos.
Hablamos toda la tarde y, la sobremesa de la cena la prolongamos hasta altas horas de la madrugada; el final fue interesante, pues nos pudimos escuchar con mucho respeto y cada uno expusimos lo que sentimos y vivimos sobre el tema. Terminamos saludándonos y diciendo: "Es interesante esta conversación, tenemos que continuar hablando! ¡¡Hasta otro momento!!"
Yo no he podido dejar de darle vueltas a todo lo que le escuché a mi amigo: ¿cómo es posible que una persona se conforme con quedar reducida a ser un simple animal o una planta que cumple su ciclo vital y desaparece como si no hubiera existido jamás?
Pero es que, pensándolo despacio, hay algo que salta a la vista y que grita la diferencia: yo no soy una planta que, si tiene suerte, la cortan para adornar en un centro de flores delante de un altar o en lo alto de un ataúd; tampoco soy un animal: un cerdo que solo necesita un charco para revolcarse y una comida con la que saciar el estómago, ni un perro a quien le ponen el collar para sacarlo a hacer sus necesidades y tiene su comida, especial para perros, siempre dispuesta en un plato, en un rincón de la casa y vive pendiente siempre del amo que lo maneja –aunque sea eso lo que quieren hacer con nosotros-.
Dentro de mi existe una necesidad vital de amar y ser amado, de ser escuchado, tenido en cuenta, de aportar algo nuevo y útil al progreso de la humanidad, que pueda sentir que los demás se sienten felices por lo que yo he aportado.
Yo siento una necesidad vital de relacionarme con los demás, de contrastar con ellos mis ideas, de aprender viendo cómo hacen y escuchando cómo enfocan la vida; en mi vida hay muchísimas necesidades, más que las primarias de comer, beber y descansar.
Yo siento la necesidad vital de disfrutar de la belleza del universo, de la grandeza que existe en cada persona, que es capaz de superar las dificultades más adversas, de expresar la ternura de su ser de las formas más diversas, su visión de la vida a través del arte, de la música, de la literatura.
Yo me siento feliz escribiendo y constatando que mis sentimientos he logrado que se enganchen y conecten con el corazón de quien me escucha y, de esa manera, poder alegrarnos y compartir juntos.
A mi me encanta la música y disfruto escuchando diferentes estilos, formas, y expresiones musicales y artísticas.
A mí me fascina ver la capacidad del ser humano, cómo es capaz de sonreír ante el dolor, transformar en positivo lo que es una desgracia, y destruir toda la carga negativa de una situación y, hasta burlarse de ella y de si mismo.
Me emociona ver cómo la persona es capaz de entregarse a los demás hasta traspasar incluso, el instinto de conservación valorando la vida de los demás, por encima de la suya…
Me impresiona y me conmueve ver cómo la persona, incluso en estados terminales mantiene la esperanza y sueña con la plenitud que sabe perfectamente que no puede conseguir en este mundo y eso le da fuerzas para ilusionarse y seguir luchando...
Todo esto está por encima de un nivel primario, del instinto de un animal o de una planta que por ley natural se inclina siempre hacia la luz. Según la teoría de mi amigo…nada de esto tiene sentido, pero sin embargo, no me puede negar que existe en el ser humano y, en este caso ¿Dónde pongo todo esto? ¿Qué pasa con esto? ¿Qué explicación le damos a esto? ¿Lo reducimos también a una explicación naturalista de que el ser humano es así, como el cerdo es de la otra manera? Pero es que vemos que nada de lo que he dicho pertenece al terreno de los instintos naturales, ni al ámbito material.
Por otro lado, vemos que el resultado de la puesta en práctica de todos estos elementos que he mencionado, no muere, sino que queda en el tiempo durante siglos y, es capaz de levantar actitudes de seguimiento en otras personas, creando escuela…
Todo esto me está diciendo y reafirmando esa verdad que leo en la Sagrada Escritura que me dice que el hombre es imagen y semejanza de Dios, que es la fuente y la base de todo esto que hemos indicado.
Efectivamente, el hombre tiene algo que no tienen el resto de seres vivientes y es que es inteligente y libre y con su libertad, también es capaz de emplear toda la grandeza que tiene en hacer el mal y puede convertirse en el ser más peligroso del universo, pues su capacidad destructora es semejante a la de Dios, por eso se ha atrevido tantas veces, en la historia de su presencia en el mundo, a desafiar a Dios y lo sigue haciendo, siendo capaz hasta de cambiar el rumbo de la historia y no por el azar, sino pensado y planificado.
Uno de los desafíos que el hombre ha hecho es inventarse un "dios" con quien competir y a quien acusar y utilizar para sus intereses; lógicamente, para poder creer en el Dios verdadero hemos de ser ateos, con respecto a ese dios que nos hemos montado y destruir todas las imágenes falsas que hemos establecido de Dios y que impiden que lo sintamos, en la medida que podamos, como el Dios Padre, Dios Amor, Verdad, Justicia y Paz que Cristo nos dejó.
POR TODO ELLO, NO PUEDO CREER Y NO ADMITO:
-Un dios que nos lo tiene que hacer todo, como el niño que está exigiéndole a su padre que se lo de todo hecho, que se lo tenga a punto, y se enfada con él cuando las cosas no están a su gusto. Ese dios no existe ni yo podría creer en él, pues siempre considera al hombre un inútil, irresponsable, que no es capaz de nada.Con frecuencia nos encontramos con gente, incluso de un alto nivel científico, y de una experiencia impresionante en temas científicos, que sostienen que todo lo que no entre por el rasero de lo experimentalmente posible, no es verdadero, ni posible y terminan despreciando cualquier posibilidad de que alguien pueda sentir y vivir otra dimensión, fundándose en otros parámetros; para ellos, todo lo que no entra en lo matemáticamente demostrable y experimentable, no es verdad ni válido, es fruto de mentes obsesionadas, con algún problema siquiátrico y, no dejan espacio a la posibilidad de “algo” que escape a estos esquemas; para ellos, es un error inaceptable en el ser humano.
Con toda su ciencia, que les lleva a considerar a los creyentes poco menos que en tarados mentales, no dejan de ser unos pobres hombres, pues ellos están haciendo absoluto un esquema y, por tanto, ese es su "dios" que les impide ver la evidencia que nos envuelve con un montón de cosas que se escapan a sus experimentos y no por eso dejan de ser reales con lo que rompen todos los moldes de la ciencia.
Ese “dios” a quien ellos darían crédito, no sería creíble, pues al estar sometido a sus esquemas, no tendría la garantía de la libertad y, con frecuencia, sería manipulado por el hombre. En ese dios manipulable que proponen, yo no puedo creer.
-Yo no puedo creer en un Dios que vive pendiente de formulas, que se conforma con que el ser humano le rece tantas veces al día una formula hecha por un hombre y que por repetirla el numero de veces indicado, te va a dar el premio que buscas, o vas a conseguir que sonría y se le pase el enfado que tenía con el hombre y le conceda lo que pedía.
-No se puede creer en un “dios” que me consiente todos mis caprichos y que está para darme el gusto que le pido, porque lo que él desea es que yo sienta que él me quiere, y para ello me compra mi amor con detalles, de modo que me permite hasta abusar de Él y me permite que haga todo, dándome un amor que me hace un malcriado, de modo que me incapacita para enfrentarme a la vida.
-Tampoco creo en un dios al que me acerco cada vez que necesito algo y, con cuatro oraciones y unas flores, consigo lo que necesito en ese momento, después, no me vuelvo a acordar de él, ya que no lo necesito para nada en mi vida, ni cuenta para nada, a no ser cuando tengo algún pequeño dolor de cabeza o de otra parte del cuerpo y busco agua bendita para que me lo calme y me cure las pequeñas cosas que me surgen. Pero en el fondo estoy convencido que esas cosas que hago y, el mismo dios al que me dirijo y rezo, no resuelve nada ni me sirve para nada en la vida.
-Yo no puedo creer en un dios que depende de la formula que le metas, como quien intenta abrir con su clave el e-mail en el ordenador: si no pones exactamente los dígitos de la clave, no entras en contacto y, si no logras conectarte, te ignora: pensemos en las fórmulas que andan y en las cadenas que nos obligan a repartir un número determinado de octavillas o de los días que has de hacer una cosa determinada y ha de ser en días pares o impares o en un día concreto a una hora concreta, en un lugar concreto… Sencillamente, nada más que pensar en un dios así, me resulta ridículo y triste que un cristiano esté metido en esa onda y viva angustiado, exactamente igual que aquellos que están pendientes del horóscopo o de lo que le ha dicho el "vidente" de moda. El "dios" que funciona así es ridículo y atropella la dignidad humana y divina
No puedo aceptar una fe ni un dios del que solo me acuerdo "cuando truena" –así decimos- y lo reducimos a una especie de pararrayos que nos acercamos a él para evitar un peligro y, hasta le colgamos el sambenito de ensañarse con la pobre gente que vive en la miseria y, encima, la castiga con un huracán o una tormenta que arrasa todo, en cambio protege a los ricos, a quienes observamos que nunca les ocurre nada, cuando hay una catástrofe. Un dios así, al lado siempre de los poderosos, es realmente despreciable
-No creo en ese dios que está ahí y que, cuando hago el gesto de santiguarme, o digo una formula, ya establezco la conexión, para que él haga lo posible y todo me salga bien o para que la desgracia no me toque; eso es un cuento que nadie se lo puede creer, pues cuando todo ha pasado, ya no pinta para nada, incluso me puedo burlar de él y, mientras tanto, yo sigo poniéndome en el peligro.
-No puedo imaginar a un dios que esté dispuesto y preparado, a mi disposición que yo lo necesite , para que me resuelva todos mis problemas y responda a mis ocurrencias, o me ponga a mano la solución a los problemas que se me presentan; un dios para que repare los errores que cometo y, si es que me equivoco o no salen las cosas como yo quiero, entonces me enfado con él, y lo castigo ignorándolo.
-No creo en un dios caprichoso que no sabes cómo te lo puedes encontrar: un día está contento y cercano y otro hay que ir con un cuidado enorme, porque no sabes por dónde te puede salir y te puede estropear todo. Un dios que no sabes por donde anda, pues desaparece y pasa épocas de silencio, que no lo sientes por ningún sitio ni parece que existiera, ni se acordara que estamos aquí, es más, parece que se enfada con los pobres y lo ves que se alía con los poderosos, a quienes les sale todo bien y él no hace nada
-No puedo creer en ese dios que parece una percha donde colgamos todo: como dicen que es todopoderoso, entonces él es el culpable de que las cosas salgan mal, pues podría evitarlo, sin embargo lo vemos que, o le importamos poco, o no se da cuenta de las cosas, o pasa de lo que a nosotros nos ocurre.
-No puedo creer en un Dios que desprecia y sataniza todos los sentimientos y apetencias del ser humano, pues está en contradicción con lo que siempre nos han dicho de que el hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios, entonces, ¿Cómo pudo hacer un ser con tantos defectos y que todos los instintos naturales que tiene sean malos y, sobre todo, un dios que esté obsesionado con el tema del sexo, de forma que sea pecado todo lo que a este tema se refiere siendo la expresión más grande del amor y la fuente de la vida. Un dios así es absurdo.
No creo ni acepto un dios que sea un tabú que horrorice, pues decimos que es todopoderoso, infinitamente inteligente, sabio, que nos conoce y sabe de nosotros más que nosotros mismos… pero al mismo tiempo nos exige más de lo que podemos dar y, si no lo damos, nos castiga, guardado su venganza por toda la eternidad. Un dios así es peligroso y no me invita, de ninguna manera a tenerlo por Padre.
-No creo en ese dios que me cuentan que es enemigo y obstáculo para la ciencia y para el progreso humano, ese dios que dicen es el tope que no le permite al hombre abrirse al universo, porque tiene celos de que el hombre lo deje desfasado y por eso está en contra de todos los adelantos que hace el hombre, en todos los terrenos y, no acepta las ideologías que no lo tengan a Él como base y centro de todo.
-No puedo creer en un dios que goza con que sus seguidores se flagelen, no disfruten, anden asustados y cohibidos, les impide que sean felices y vivan en libertad… En ese dios ni se puede ni se debe creer.
-No puedo creer en un dios que se le parece a un patrón o a un dictador, que trata a patadas a sus trabajadores, siempre exigiéndoles más de lo que pueden dar, sin darles posibilidad de quejarse, ni decir nada en contra, obligándoles siempre a que le adulen y le aplaudan, pues sus decisiones, sus normas y su palabra son inapelables.
-No, no creo ni acepto a un dios que anda siempre detrás de mi, o escondido para cazarme en aquello en lo que puedo fallar, o en lo que sabe que soy débil, mientras que me va poniendo tropiezos para que caiga y acusándome de mis caídas.
-De ninguna manera creo en un dios que anda aliado con los ricos y los poderosos y bendiciendo sus fechorías y el sistema que los mantiene en el poder, haciendo cada vez más ricos a unos y más pobres a otros y aprobando que la gente de bien es la que tiene grandes capitales y la gente de mala reputación son los pobres, a quienes no se les debe dejar que levanten cabeza o se organicen, pues siempre son peligrosos.
-De ninguna manera es creíble ni aceptable un dios que se entretiene metiendo enfermedades terroríficas en sus hijos, rompiendo familias y la felicidad de las personas y destrozando hogares con enfermedades, accidentes, desgracias; sosteniendo guerras y bendiciendo a quienes las montan, para mantener sus intereses y, en su nombre, haciendo grandes atropellos y crímenes
-No creo en un dios parcializado con un grupo concreto, dispuesto a conceder todo lo que deseen unos y a atacar y despreciar a los que no sean de ese grupo. Un dios que solo escucha a los católicos y de estos, solo escucha a los que la ley dice que son los buenos, mientras los malos no pintan para nada, por eso, ama sólo a los que se portan bien, y están de acuerdo a las leyes establecidas y, por tanto, no tienen cabida en el grupo los divorciados, los de otras religiones o ideas, los homosexuales, las lesbianas y las prostitutas, los que han perdido toda orientación en la vida… No puedo creer en un dios excluyente de ninguna persona.
-Tampoco puedo creer en un dios que hace apartados entre sus seguidores y unos son de primera clase y otros de segunda y hasta de tercera, de tal forma que solo tienen voz y voto en su iglesia los ciudadanos de primera, que sería la jerarquía, pues ellos son los poseedores de la verdad y del conocimiento verdadero de Dios, y son los que están a su lado, mientras los demás viven completamente al margen, por lo tanto, santos solo pueden ser los de la primera categoría. En ese dios y en esa iglesia no creo.
-No creo ni acepto un dios que se confunda con una energía que lo llena todo y de la que yo soy parte y me nutro de ella, pero es algo difuso, como el viento que respiro y me hace sentir bien, pero al que no le importa mi vida ni mis sentimientos.
-Vemos que cada uno nos vamos inventando nuestros dioses a medida de nuestros caprichos, de nuestras necesidades, de nuestros miedos, de nuestros intereses y, lógicamente, a medida de nuestra ignorancia y, por eso, nos salen ideas y concepciones de dios que es imposible aceptarlas, pues cada uno se inventa la suya acomodada a sus necesidades o a sus intereses.
Según esto, podemos ver la teoría que puede dar un científico, que ajustándose a sus métodos, haría un ser impersonal, matemáticamente cuadriculado, inamovible, como una máquina perfecta, que siempre responde de la misma manera y que responde matemáticamente a las claves que tiene establecidas… algo así, en último término, dando unos razonamientos científicos, no podría se mas que una hipótesis, pero jamás una verdad dogmática.
La misma cosa podría hacer el mundo de las finanzas, o el del deporte, o el del poder, o el de la religión… y de esa manera tendremos distintas visiones de dios.
No se puede creer en un dios que pueda ser manipulado, ni explicado, ni manejado, por un ser humano, pues siempre me encontraría con algo sucio limitado, acomodado; no puedo creer en un dios que pueda ser encerrado en unos moldes humanos, ya sean científicos o espirituales, pues siempre estaría tocado por las limitaciones que el ser humano padece y no sería respuesta para los seres humanos.
EL DIOS EN EL QUE CREO
+Creo en Dios que es la bondad personificada y, por tanto, no puede hacer otra cosa que AMAR, porque Él es EL AMOR y por eso, tiene para cada uno de los seres humanos un proyecto de amor, para que sea enteramente feliz.+Él está presente y actuando allí donde hay alguien que ama, que busca la justicia, que es sincero y honrado y construye la paz. Cada vez que se realiza un gesto de paz, de amor, de justicia, de solidaridad, de verdad… es Dios quien se está manifestando y gritándonos su presencia.
+Creo en Dios que ha hecho al hombre a su imagen y semejanza y, por tanto, es coherente con lo que ha hecho y, por eso, respeta siempre la libertad y la dignidad de la persona; que la adorna con todos los dones que necesita para realizarse a semejanza de Dios mismo y le ofrece todo lo que necesita, sin obligarle a nada, para que pueda realizarse, hacer su historia libremente y ser feliz. Un Dios que es cercano y comprensivo, siempre dispuesto a ayudarnos para que seamos personas felices.
+Creo que Dios ha creado un universo entero, esa maravilla inabarcable y le ha dado un orden y una fuerza espectacular para que pueda desarrollarse con perfecta autonomía y pueda evolucionar hacia formas y etapas maravillosas según la energía de la que lo ha dotado en el momento en que lo puso en marcha.
+Creo que Dios es infinito, y absoluto en todas sus cualidades, por lo tanto, es un misterio que no podemos llegar jamás a abarcarlo y cada día vamos conociendo algo nuevo y maravilloso de Él, pero nunca llegaremos, en esta vida, a tener una comprensión total de Él.
+Creo y me siento feliz de que así sea, que Dios es absolutamente libre, Él es LA LIBERTAD y, por tanto, es imposible manejarlo, manipularlo, apropiarse de Él, y nadie puede apropiarse la prebenda de tener el monopolio de su voluntad y obligarle a que diga lo que al hombre le parezca. Él elige a quien quiere y le da la misión que quiere.
+Creo que Dios, en su plan salvífico para el hombre, cuando llegó el momento previsto por Él en la historia, se hizo presente y tomó carne humana con la persona de Jesús a través de otra persona María, que Él mismo eligió y preparó para realizar su proyecto: ser hombre, para enseñarnos a ser hombres, para recorrer el camino que debemos recorrer los hombres, para enseñarnos a amar y a vivir como personas y para que pudiéramos constatar cuál es nuestro destino. Jesús es la imagen viva, constatable para el hombre, de la realidad de Dios: AMOR-VERDAD-JUSTICIA-PAZ-LIBERTAD-BONDAD…
+Creo que Jesús es PLENAMENTE DIOS Y PLENAMENTE HOMBRE y no un profeta ni un iluminado, o un líder guerrillero, o un revolucionario, ni ninguna de esas cosas que le atribuyen, sino la presencia viva, palpable, histórica de Dios entre los hombres que supera y va mucho más allá de todas esas calificaciones que le dan.
+Como Dios y hombre que es, creo que Jesús no solo perdona los pecados, sino que sana de raíz la profundidad de la persona y le posibilita crecer humanamente a todos los niveles, ser más libre y nos ayuda a acercarnos cada vez más a Dios Padre que nos ha hecho hijos suyos y es Jesús quien nos ha hecho conocer esta filiación, con su realidad de hombre, y nos ha hecho partícipes de la herencia de Dios.
+Creo que Jesús es el Señor del universo y estoy convencido que Él es el fin de toda la historia.
+Creo que Jesús se ha quedado con su Espíritu en el corazón y la vida de todos los hombres y se ha puesto de una forma especial al lado de los pobres, de los explotados, de los que nadie quiere y la sociedad arrincona y lo hace no porque sean mejores, sino porque Él es AMOR y no puede permitir que nadie se sienta despreciado ni marginado, por tanto, los pobres y marginados es el lugar privilegiado de encuentro de Jesús.
+Creo que Jesús resucitado es la fuerza de transformación mayor que existe en todo el universo, capaz de realizar en nosotros y en el mundo obras impresionantes.
+Creo en el Espíritu Santo que es la vida, la fuerza, la alegría, la ilusión, el ánimo, el consuelo, el coraje, que hace que el creyente arremeta contra todo lo que se le presenta y le encuentre sentido a todo lo que hace y sienta la alegría de estar colaborando con el proyecto de salvación y transformación del mundo que lleva adelante Dios. El Espíritu Santo es el AMOR del Padre y del Hijo.
+Creo que Dios no es un ser solitario y aburrido, sino una familia de tres personas que los une un AMOR infinito y absoluto que viven en perfecta comunión recíproca.
+Creo en la Iglesia que, a pesar de estar compuesta por seres humanos, débiles, imperfectos, pecadores… es el espacio y el signo que Dios se ha escogido para manifestar su presencia en el mundo, donde se vive y se celebra el perdón que Dios está siempre dispuesto a darnos, la entrega que Dios hace de su persona en Cristo como alimento y vida para seguir caminando y construyendo su reino.
+Creo en los sacramentos con los que se celebra los momentos cumbres de la vida de la iglesia y de cada uno de los creyentes, en los que siento que Dios está presente y actuando en la vida del hombre, para que sienta que Dios no lo abandona y que está a su lado apoyándole en la lucha.
+Creo en Dios Padre que le ha dado al ser humano una inteligencia y una capacidad ilimitada para transformar el mundo, con lo que va realizando aquí, su semejanza con Dios creador.
+Creo que Dios no deja al hombre a la deriva aunque éste se puede equivocar y crear grandes conflictos, pero la ha dado la capacidad para rectificar y siempre hay posibilidad de otro mundo, otra forma de vivir, en la que los valores del reino brillen como los grandes astros del cielo. Por eso, creo en todo proceso que esté bajo los signos del amor, de la justicia, de la paz y de la verdad y, de esto es capaz el ser humano, y pienso que este es el único camino que hace plenamente feliz al hombre.
+Creo que EL SER HUMANO es hombre-mujer y no le doy a ninguno mayor valor ni dignidad que al otro, aunque sostengo que cada uno es diferente y lleno de una belleza incalculable: ambos son UNO, semejantes a Dios, por eso, detesto y aborrezco el machismo como el feminismo que hacen al hombre y a la mujer dos enemigos y contrincantes.
+Creo que Dios está presente en la cultura, en el arte, en la música, en la belleza del universo, en el orden y la vida de la naturaleza… toda esa belleza y grandeza es manifestación de Dios que se manifiesta al ser humano para que se sienta feliz,
+Creo en las manifestaciones del se humano en las que se convierte en instrumento de Dios, cuando realiza acciones de amor, de verdad, de justicia, de paz, de fraternidad, de bondad, de libertad, de solidaridad, de ternura, de comprensión, de acogida, de escucha, de consuelo… el ser humano se convierte en expresión viva de Dios.
+Creo en la sexualidad humana, que es un don de Dios, como expresión de su amor y su fecundidad y no acepto que se la devalúe, se la frivolice, se la satanice, se la convierta en instrumento de explotación y se la reduzca a ser el basurero del ser humano.
+Creo que la muerte es la llegada a la meta, al triunfo; es el paso a la plenitud de la vida, en donde recibiremos el gran regalo que Dios nos ha hecho con Cristo de entrar a disfrutar de su reino donde se desarrollarán todas nuestras potencialidades.
+Creo en el triunfo definitivo de Dios en cada uno de nosotros, aunque hayamos cometido muchas equivocaciones, por eso pienso que la mayor estupidez es oponerse al proyecto que Dios tiene para cada uno.
+También creo que Dios ha de triunfar sobre todos los sistemas de sociedad que nos montamos, pues solo uno es el que hace feliz al hombre: el que Dios tenía pensado para él desde el principio.
+Espero un cielo nuevo y una tierra nueva, un mundo en el que reinará la justicia, en el que la alegría de Dios es nuestra felicidad y Su gloria, nuestra vida.
+Creo que Dios es EL AMOR, LA JUSTICIA, LA PAZ, LA VERDAD, LA LIBERTAD…en plenitud y, todo esto, hecho PERSONA, por eso:
Cuando tú dices amor, justicia, verdad, yo digo Dios.
Cuando tú dices Dios, yo digo amor, justicia, verdad,
Donde hay amor ahí está Dios, aunque no se piense en él.
Y nosotros fuimos hechos por Él para vivir en plenitud con Él. Esta es la fuerza de nuestra esperanza, la razón de nuestra fe y el sentido de nuestro vivir luchando. Para esto vino Jesús y éste fue el gran anuncio que nos dio, ésta fue la Buena Noticia que nos trajo: no estamos hechos para la destrucción y la muerte, sino para vivir en plenitud de amor.