Monición de entrada. Domingo 1º de Adviento, ciclo A. "INVITACION A LA VIGILANCIA, PARA LA VENIDA DE CRISTO"


Dijo Jesús a sus discípulos: “Cuando venga el Hijo del Hombre pasará como en tiempo de Noé. Antes del diluvio la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del Hombre: dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán. Por tanto estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del Hombre”. (Mt. 24, 37-44)



DIÁLOGO

Ana.- Hoy es el primer domingo del año litúrgico. Adviento es un tiempo de “ESPERA”. Pero NO debemos esperar la venida de Jesús con los brazos cruzados. “Una espera ACTIVA”, preparando nuestro corazón a Jesús.

Jorge.- ¡Jesús nos recuerda que debemos vigilar! Sobre todo las cosas que nos separan de Él, que nos separan del amor, las cosas que nos separan de nuestra familia

Lucía.- Estás a tiempo de cambiar tu forma de vivir. Adviento es un camino de esperanza para ti y para los demás, para sentirte comunidad.

Pablo.- No gastes dinero en cosas inútiles. ¡Los abuelitos son los más sabios de la sociedad! ¡Valoran el compartir su tiempo con las personas, no el acumular riquezas!

Ana.- ¡Jesús! A veces pienso que los gritos, las malas formas, las prisas con que vivimos en casa, son consecuencia de vivir lejos de Ti.

Jorge.- Recordad que la violencia es la falta de amor. “Las leyes sirven para castigar al violento” , pero ojo al dato: ¡NO sirven para evitar la violencia!

Lucía.- Jesús solo dictó una ley: ”Amaros los unos a los otros”. ¿Cuánto tiempo hace que no le habéis dicho: “Te quiero” a tu mujer, o a tu marido, o a tus hijos, o a tus padres?

Pablo.- No os canséis de decir nunca esa palabra. ¡Vamos a luchar contra la violencia de la mano de Jesús!: “compartiendo entre todos, el trabajo de casa”.

Ana.- Lo que te aleja de tu familia, es un ladrón de tu corazón. “Estad en vela”, para que el orgullo, la envidia, y los caprichos, no abran un boquete en tu corazón.

Jorge.- Un día escuché que la gente importante no tiene tiempo para ofrecerlo a los demás.

Lucía.- Pues yo pienso que entonces: “NO SON TAN IMPORTANTES PARA NADIE”

Pablo.- ¡Vigilad! No dejéis que la violencia duerma ni un segundo en vuestras vidas. ¡No acumuléis tesoros, porque crean agobios! ¡Contra la violencia: trabajad por la paz, de la mano de Jesús! Y cuando venga el Hijo del Hombre, ¡recibiréis el mayor abrazo de Amor!”