Monición de entrada. Domingo 2º de Adviento, Ciclo A. "LA PREDICACIÓN DE JUAN EL BAUTISTA"

Por aquel tiempo, Juan Bautista se presentó en el desierto de Judea predicando: “Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos. Éste es el que anunció el profeta Isaías diciendo: Una voz grita en el desierto: preparad el camino de Señor, allanad sus senderos”. Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y del valle del Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el Jordán.
Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo: “Raza de víboras, ¿Quién os ha enseñado a escapar de la ira inminente? Dad el fruto que pide la conversión. Y no os hagáis ilusiones pensando: “Abrahán es nuestro padre”, pues os digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras. Ya toca el hacha la base de los árboles, y el árbol que no da fruto será talado y echado al fuego. Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí puede más que yo, y no merezco ni llevarle las sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego. Él tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga” (Mt. 3, 1-12)



DIÁLOGO
Pablo.- En el segundo domingo de Adviento, el Evangelio nos habla de la predicación de Juan el Bautista por la comarca del rio Jordán. Predicaba la conversión de nuestro corazón y el perdón de los pecados.

Jorge.- Y todo para preparar la llegada de Jesús, del Mesías, y el comienzo de su vida pública, donde nos entregará su maravilloso mensaje del AMOR.

Lucía.- Juan desnudó la falsedad de los fariseos y saduceos, a quien los llamó raza de víboras. Los mandones tenían curiosidad por su mensaje, pero no pensaban cambiar.

Triana.- Hoy nos toca a nosotros el preparar la visita de Jesús a nuestros corazones, cambiando nuestra forma de vivir, buscando la justicia y la paz del mundo.

Pablo.- ¡Venga, menea ese cuerpo! ¡Que se te va a poner cara de maceta! Hay muchas cosas que apartar del camino. Y lo tenemos que hacer todos juntos de la mano.

Jorge.- ¡Para que Jesús se pueda acercar antes a tí, debes dar unos pasos hacia adelante! Vamos a preparar las mochilas para hacer un trayecto andando hacia Jesús.

Lucía.- Yo ya la tengo preparada. Para que veáis que no soy tan perezosa, ¡mirad todo lo que he traído!

Triana.- ¡Vaya tela marinera! ¡Si la tienes llena de tonterías! De los 15 bocadillos te sobran 14, que son de los niños que pasan hambre. La bolsa del egoísmo y la violencia la tiras en el hoyo más profundo.

Pablo.- ¡Ahora sí tiene sitio para las cosas útiles! A veces llenamos nuestra de vida de cosas sin valor, pero que pesan demasiado para poder crecer como personas.

Jorge.- ¡Bueno! Parece que ya tienes sitio en la mochila de tu corazón. Vamos a llenarla de cosas para preparar el camino al Señor.

Lucía.- ¡Qué maravilla! La he llenado de alegría, de amor, de esperanza. De trabajo para los demás, de paz !Y no pesa nada…..! ¡Voy bien ligera!

Triana.- Las cosas malas son losas muy pesadas. Las malas ideas te ocupan mucho en tu corazón. Juan nos pide que cambiemos para poder ser felices de la mano de Jesús. Te invita a que pruebes a hacer el camino del Señor. ¡Juntos será más fácil!