Monición de entrada. Domingo de Resurrección, Ciclo A.

El primer día de la semana, María Magdalena, fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: “Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto”. Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y asomándose vio las vendas en el suelo: pero no entró. Llego también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con el que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, vio y creyó. Pues hasta entonces NO habían entendido la Escritura: que Él había de resucitar de entre los muertos (Jn. 20, 1-9)

DIÁLOGO

Lucía.- El Domingo de la Pascua de la Resurrección del Señor es el día más importante para un cristiano, Jesús venció a la muerte. Su muerte fue el camino hacia la vida eterna.

Jorge.- Preparó nuestro futuro viaje hacia el Padre de la forma más bella: ¡Entregándose por nosotros, por nuestros pecados!: nuestras envidias, nuestros egoísmos, nuestro orgullo.

Pablo.- Su Resurrección no fue un paso hacia atrás. No regresó a la vida que conocemos, llena de complicaciones, como le ocurrió Lázaro, que revivió, para luego morir de nuevo.

Agustín.- ¡Vivir para siempre, y no morir nunca más! Ese fue su triunfo. Construyó el camino hacia la felicidad eterna, a la que todos estamos invitados.

Lucía.- ¡Jesús! Nuestro gozo es resucitar contigo cada día, renacer de nuestras torpezas y vivir contigo en el amor: acompañando al necesitado, compartiendo mis dones con los demás.

Jorge.- Al tercer día de su muerte, María Magdalena y otras mujeres llevaron perfumes para terminar de embalsamar a Jesús. La resurrección que tanto anunció, no estaba en sus mentes.

Pablo.- Otra vez las mujeres. Las mujeres recobran la dignidad de la mano de Jesús, y fueron ellas las primeras en descubrir el sepulcro vacío. ¡Creían que se habían llevado el cuerpo del Señor!

Agustín.- Volvieron preocupadas, y se lo dijeron a Simón Pedro y a otro discípulo ¿Dónde estaba el maestro? ¿Qué había ocurrido? ¡Y corrieron hacia el sepulcro!

Lucía.- ¡Señor, qué materialistas son nuestros corazones! Vivimos como si todo hubiera acabado en la cruz. Los apóstoles buscaban el poder terrenal ¡Convertirse es morir como semilla, y nacer dando fruto!

Jorge.- Pedro encontró en el sepulcro sólo las vendas y el sudario de Jesús. ¡Entonces entendió las Escrituras!: “Jesús debía de resucitar de entre los muertos”. ¡Todo se había cumplido!

Pablo.- Cada domingo celebramos la resurrección de Jesús en la Eucaristía ¿Qué mayor muestra de amor puede hacerse? ¡Pero cuidado! ¿Te has quedado enganchado a su sepulcro? ¡Jesús es vida!

Agustín.- No presentes a un Jesús muerto: lleva la alegría y la esperanza al parado, al enfermo, al alejado de Dios. Y grita a los cuatro vientos que ¡JESÚS HA RESUCITADO! ¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!