VIACRUCIS de SAN JOSÉ de LINARES

Os dejamos aquí el Via Crucis que para la Semana Santa del 2011 ha preparado Melitón, con las imágenes de las estaciones que Esperanza ha recreado en los preciosos azulejos que están en nuestra renovada iglesia. Os dejamos también el el pdf en este enlace por si queréis imprimirlo.




VIA CRUCIS de SAN JOSÉ
Linares 2.011

I   ESTACIÓN:
JESÚS ES CONDENADO A MUERTE

Molestabas a sus intereses, eras un tipo peligroso para la sociedad, te atrevías a tener  y mantener tu opinión por encima de lo políticamente establecido, tenías un lenguaje lleno de lógica y de sentido común que te entendían a la perfección, los pobres, los excluidos, los analfabetos y hasta los mismos niños y esto tenía el peligro de que te entendieran y se dieran cuenta, que ellos también tenían sus derechos y no solo obligaciones, como los tenían acostumbrados.

Esto era un peligro muy fuerte que había que impedir que siguiera adelante, pues cuando quisieran acordar, todo el pueblo estaría infectado con aquellas ideas. Y decidieron quitarte de en medio.

La historia se sigue repitiendo y  continúan manteniendo los mismos esquemas en cada época: ahora decidieron que en la vida solo tiene sentido vivirla para gozar y se han establecido toda una serie de derechos que no pueden ser obstaculizados por nada ni por nadie: todos tienen derecho a vivir gozando, a realizarse, a sentirse libres para hacer todo aquello que piden los sentidos, o que cada uno tiene establecido en sus planes y, para sostener esto y llevarlo adelante, sigues estorbando y te consideran una mascota que se puede repartir para que la cuiden, o se paga para que lo hagan; tus sentimientos no cuentan, ni tampoco tus derechos y menos aún tu futuro y tu personalidad y te privan de todos los referentes serios que necesites en la vida para poder orientarte… y te dejan en manos del azar, llenándote de regalos, para que te distraigas y no protestes y te incapacitan para enfrentarte a la vida o, más sencillo todavía, no te dejan nacer para evitar todas las complicaciones o, se te quita de la circulación cuando ya empieces a dar molestias.

Tus gritos exigiendo que la dignidad de la persona se ponga por encima de todo, siguen molestando al sistema y se siguen queriendo acallar todas las voces.

No nos dejes caer en la tentación de pensar que  eso es así y que ahora es esto lo que toca sostener, no dejes de gritarnos para que no perdamos la capacidad de escucharlos.


OREMOS:
Señor, gracias por habernos amado tanto.  Ten piedad de nosotros.  Ayúdanos a conocer nuestros pecados, que han sido la causa de tu condenación a muerte.

II ESTACIÓN:


 JESUS CARGA LA CRUZ Y SE DIRIGE AL CALVARIO

Después de toda la burla, el escarnio, la humillación a la que te sometieron, aquel camino, hasta llegar a lo alto del calvario, era una cuesta muy dura y con una cruz tan pesada, se hacía más insoportable; todos te invitaban a que desistieras, a que te dieras por vencido tirando la toalla y aceptando que no eras más que eso, una piltrafa humana, como eran todos aquellos con quienes habías compartido tus ideas y tu mensaje. Ellos esperaban que esto ocurriera, para demostrarse a si mismos que estaban en lo cierto, que hay cosas que son incuestionables. Se hubieran sentido tremendamente felices, pues se convencerían de que por encima de ellos no hay nada.

Pero se equivocaban, no contaban con encontrarse con un hombre libre que solo se dobla ante la verdad y la justicia. Y fuiste coherente, no les diste en el gusto y los dejaste con una gran interrogante en sus vidas.

Ya ves, siguen haciendo igual: es una humillación revestida de otra forma, haciendo que nos sintamos a gusto y bien, con lo que nos quitan la capacidad crítica, diciéndonos que para que la queremos, si ellos ya saben lo que necesitamos  y se encargan, incluso, de programar lo que nos tiene que gustar. Por supuesto, el sufrimiento fuera.

Ahora no nos insultan, sino que nos halagan, nos adulan y nos hacen creernos lo más interesante del mundo y nos dicen lo que nos gustaría escuchar, para meternos en un mundo de sonrisas… pero cuando nos despertamos, nos encontramos con la cruz a nuestro lado, obligándonos  a cargarla, sin posibilidades de deshacerse de ella y sin fuerzas para levantarla.


Y cada uno hemos de subir la dura cuesta de nuestra vida y  comenzamos llenando todos los establecimientos, donde se oferta trabajo, con nuestros currículos en los que se dice quienes somos y lo que sabemos y nos obligan a hacer entrevistas para que examinen nuestra figura, a ver si responde a los cánones establecidos…
  
Y nuestros sueños se siguen viniendo abajo y nuestro futuro se convierte en una oscuridad… entonces empezamos a darnos cuenta que todo fue una mentira, una estrategia que nos borró el futuro, para que no pudiéramos soñar y, nos convenzamos de que no hay otra forma de de respirar ni de vivir, si no es bajo sus ordenes y a su servicio, de forma que, toda  la vida tenga que ponerse al servicio de un banco, de una financiera o de aquel que dispone qué es lo que se tiene que sentir, pensar, desear y hacer.


Son pocos los que aguantan y, una gran mayoría tira la toalla y no intenta ni siquiera plantar cara, convencidos de que es imposible e inútil.


Señor, ahora que te miro, me sorprende ver cómo fuiste capaz de mantenerte y me sigue fascinando verte vivo en tanta gente que se plantó ante el sistema y optó por vivir siguiendo tus huellas.


OREMOS:
Señor Jesús, concédenos llevar nuestra cruz con fidelidad hasta la muerte.

  
III ESTACIÓN:


 JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ

Era demasiado, las fuerzas flaqueaban, no se podía estar atento a todo… y te vieron caer. Creían que ya estaba todo concluido, que ya no te levantarías, que terminarías allí tu sueño de loco, dando la batalla por perdida. Pero no les concediste el gustazo de verte vencido; y te volviste a levantar y coger tu crtuz. Tu dignidad estaba por encima de su poder, de sus patrañas y de su corrupción.


Poco han cambiado las cosas: desde muy jóvenes ya se nos invita a conocerlo todo, a probarlo todo, a dominarlo todo… a hacernos creer que lo podemos poseer todo y ser dueños de todo.


A ti también te propusieron dominarlo todo: desde la comodidad, el poder político, económico y religioso: bastaba con que te arrodillaras ante ellos y les dieras culto. Como no pudieron contigo, te rompieron físicamente, para que te convencieras de que no valías nada y te vinieras abajo.


Ahora nos rompen moral y espiritualmente, que no se sabe qué es peor, y nos ponen miles de anzuelos de todo tipo en la vida, para que vayamos cayendo. Luego revisten las leyes para hacernos creer que no quieren que caigamos y, que lo  único que pretenden es ayudarnos a sostenernos… pero la estrategia es la misma:   si desde nuestra infancia y juventud ya nos han convencido de que no vale la pena luchar, porque la batalla está perdida, el resto ya se cae por su peso, la victoria la tienen segura.


Y todos vamos cayendo una, otra y otra vez; y unos reaccionamos y nos levantamos, otros nos quedamos ahí para siempre y otros, mirándote a ti, deciden levantarse y mantenerse hasta la muerte.


Señor, no te pido que me quites el tropiezo y me limpies el camino del calvario de la vida, ni siquiera te pido que no me dejes caer, sino que no pierda la capacidad de reaccionar y me quede tendido en la cuneta, pensando que  es así como tienen que ser las cosas.


OREMOS:
Señor, ya que el sufrimiento nos toca a todos, enséñanos a sufrir.  Que no nos desanimemos en la prueba.  Danos la fuerza para levantarnos, cuando caemos en el pecado.


IV ESTACIÓN:


 JESÚS SE ENCUENTRA CON SU MADRE

Tu  vida entera fue un ascenso hasta el calvario y, desde que abriste los ojos, la 1ª imagen que grabó tu retina fue la de tu madre; en su rostro aprendiste a sonreír y en su corazón a amar, como saben hacerlo los hombres. Ella fue el reactivo que puso en movimiento tu vida pública, la que te empujó en tu proyecto y la que se puso a tu lado y no te falló jamás, no lo iba a hacer ahora.


No estuvo allí para decirte que te echaras atrás, que te rajaras, sino para decirte que seguía a tu lado, que tu vida, tu persona, estaban por encima de todo y, que allí la tenías, a tu lado, hasta las últimas consecuencias.


Señor, ¡qué lección! Hoy necesitamos todos estar atentos e imitar esta lección: todas las madres, todas las mujeres, para que enseñen a sus hijos a ser coherentes desde la infancia, a afrontar la dureza de la vida y el compromiso con ella, convirtiéndose ellas en el referente más cercano que cada hombre tiene en su vida, que es el de su madre, lo mismo que te pasó a ti.


Aquel momento en el camino de la cruz, no fue algo aislado, sino la continuación de una actitud mantenida en la vida, que se convierte en referente para todos, hombres y mujeres, que nos hace ver lo que es uno de los pilares fundamentales, que no debemos perder y que nos lo están robando.


Quiero hacerte presentes a todas las madres que, en la situación que vivimos, están siendo capaces de romper el cerco y, lejos de estereotipos, son capaces de dar testimonio de la verdad y mantenerla frente a sus hijos, aunque las sientan lejanas y trasnochadas.


OREMOS:
María, madre de Jesús y madre nuestra, enséñanos a sufrir con Jesús, y con las personas que sufren, por la salvación del mundo entero.

 V   ESTACIÓN:
 SE ENCUENTRA CON SIMÓN, EL DE CIRENE.

Venía del campo, de la marginación; era un pobre desgraciado y, sin pensarlo,  sin buscarlo ni proponérselo, fue a pasar por allí y lo obligaron a acercarse a ti, para que te ayudase a llevar la cruz. Al encontrarse contigo se encontró consigo mismo, con su vida, con su dignidad y se dio cuenta de la mentira, del sistema corrompido en el que estaba metido e instalado y, poco a poco, a tu lado, fue arrimando el hombro, hasta que la cruz la sintió suya: tu proyecto, tu verdad los hizo suyos.


Sí, eso es lo que le está pasando a mucha gente a quien toda la vida se la ha marginado de todo, hasta se la ha impedido que te conozcan, que te sientan a su lado; se la va llenado de prejuicios hasta que, de golpe, sin esperarlo, un día, por un accidente, por una muerte,  por una desgracia, un revés de la vida, le hacen encontrarse frente a ti y sentir tu mirada y cuando quiere acordar,  su hombro está junto al tuyo, sosteniendo la cruz y sirviendo de apoyo a todos aquellos que también han sido marginados, excluidos, saqueados… y ha empezado a despertar del letargo en el que estaba y comienza a mirar la vida de otra manera, comienza a mirar de frente a quien sufre.


Señor, sigue al lado de todos los cirineos que hay repartidos por el mundo, al lado de todos aquellos que han entendido que el hombre está por encima de todo.  Quiero pedirte por todos los hombres y mujeres que entregan lo mejor que tienen, para ser  cireneos de los niños, de los jóvenes, de los enfermos, de los desahuciados…


OREMOS:
Señor, perdónanos, si muchas veces no te hemos ayudado a llevar la cruz.  Tal vez por culpa nuestra, muchos se echaron a perder.  Ayúdanos a vivir el compromiso que tomamos el día de la Confirmación, de ser soldados tuyos en el mundo

           VI   ESTACIÓN:
UNA MUJER LIMPIA EL ROSTRO DE JESÚS

Sí, ya sé que este gesto no lo traen los evangelios, como muchas otras cosas, pero es algo que se ha venido manteniendo desde siempre en la tradición. De la misma manera ha sido silenciada durante muchos siglos la acción de la mujer en la sociedad y en la misma iglesia.


Pero sabemos que siempre estuvo a tu lado, que fue la que mejor te entendió, que, fue la que sirvió de apoyo al grupo entero de los apóstoles, sabemos que jamás te abandonó en los momentos duros ni en el día a día aunque se silencie su presencia en los momentos de gloria.


A pesar de todo lo que quieran adornar hoy las cosas, la realidad ha cambiado poco y la acción valiosa de la mujer sigue callada: sus gestos de entrega, su acción… porque el amor no reivindica derechos, solo entiende de entrega y es actitud sigue siendo el referente y el apoco más fuerte y único que tenemos


Ese amor que rompe barreras, moldes, prejuicios, es el que hoy no se tolera, es algo escandaloso y revolucionario que nadie acepta, pero sigue siendo la imagen más tierna y entrañable del mandato y el camino que tú  nos mandaste.


Señor, esa libertad que tú derrochaste a la hora de dejarte amar, incluso en los momentos más duros, ayúdanos a sostenerla en nuestras vidas. Enséñanos a perder el miedo a amar, a dejarnos que nos amen y, sobre todo, ayúdanos a perder el miedo  al qué dirán, que ponga en tela de juicio nuestra imagen.


Haz que se sientan amados aquellos jóvenes con problemas, cuando haya una mano que les sale al encuentro, para que sientan que tú estás a su lado…

OREMOS:
Señor, graba en nuestros corazones la imagen de tu rostro.  Que nunca nos olvidemos de ti.


 VII ESTACIÓN:
JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ

La primera vez que te vieron por los suelos, te levantaste tú solo, cuando esperaban que ya no lo hicieras; les diste una bofetada diciéndoles que no les tenías miedo, que no te rendías, que no les ibas a permitir que se saliesen con la suya… y seguiste el camino. No podían creer que llegaras a lo alto sin rendirte.


Tampoco hoy creemos que sea posible levantarse de la primera caída que tenemos y, la presión se arrecia a todos los niveles, y te consideran un “tocado” por la droga, por el alcohol, por el sexo, por la violencia, por la corrupción, de lo que ya será imposible escapar, y cuentas para ellos en sus planes y te consideran de los suyos y, entras a formar parte de la lista de sus clientes, porque tienen elementos que te amarran, hasta hacerte sentir incapacitado e imposibilitado; están seguros que por las buenas o por las malas, al final caes en sus redes, porque se sienten dueños de tu voluntad, que es igual a decir, gestores de tu libertad.


Pero tú no les diste la oportunidad ¡qué  grande eres!


Yo no estoy libre de caer una, dos… o las veces que se presenten, pero no me quites la fuerza y la seguridad de que  me comprendes, para que no abdique de mi libertad y mi dignidad.

OREMOS:
Señor, perdónanos por nuestras recaídas en el pecado.  Danos la fuerza de tu Espíritu, para que podamos vencer las tentaciones

 VIII ESTACIÓN:
 CONSUELA A LAS MUJERES

En aquel tiempo, y hasta hace no mucho, a las mujeres se las llamaba “el sexo débil” porque conservaban vivos los sentimientos, la sensibilidad, la ternura y, como madres y personas, no les habían podido quitar esa capacidad de conectar desde el corazón, con lo más profundo del ser humano; esas cosas, se las despreciaba como algo que deshonraba y desdecía de la grandeza del ser humano.
¡Qué razón tenías cuando les dijiste a aquel grupo de mujeres que viste llorando a tu lado: “Llorad por todo lo que viene detrás, que intentará borrar de vosotras todo lo más bello y lindo que queda de vosotras, pues esa grandeza, que es un tesoro que lleváis en el corazón, vendrán días en que quieran haceros que os avergoncéis de ser así.”

Sí, ya sé que no es así, al pie de la letra, como lo dice el evangelio, pero a eso apuntaba, y estamos viendo cómo, con un lenguaje estereotipado, nos están convenciendo y, ya estamos dejando de conectar y de acercarnos al dolor, al sufrimiento, a la realidad humana del que vive a nuestro lado; nos están haciendo sentir que es un valor negativo la maternidad, y nos estamos haciendo insensibles, ante el espectáculo de ver cómo cada día, hay más gente que entra en la deriva y se queda a merced de intereses concretos, sin posibilidad de romper la tela de araña  en la que se ve envuelta y va cayendo en la cuneta de la vida. Hoy resulta políticamente incorrecto y hasta peligroso dar la cara por alguien, u ofrecer la mano a alguien, que ha caído en la red.

Señor, dinos también a nosotros algo. Ya ves que aquello que les dijiste por lo que deberían llorar, ya lo tenemos, pero de eso nos reímos. Dinos, por lo menos, que estamos locos; dinos cómo impedir caer en esas redes.

OREMOS:
Señor, concédenos un verdadero arrepentimiento de nuestros pecados y un firme propósito de no volver a pecar.

 IX ESTACIÓN:
JESÚS CAE POR TERCERA VEZ

Después de todo lo que te llevaban hecho, después de la cercanía a la muerte a la que te llevaron, estaban seguros que ya lo tendrías claro, que estaba todo perdido. Sí, efectivamente, eran ellos los que no habían conseguido lo que querían: tu derrumbamiento moral, tu convicción de que el poder está por encima de la persona: ya no te quedaba nada, lo habías perdido todo, estabas acabado ¿a qué aspiras ahora?  ¡¡¡Ríndete!!!

Y ya lo ves, no se cansan, siguen usando la misma estrategia y quieren abocarte a que entres por el aro que han establecido; hay mucha gente que ha perdido ya toda la esperanza: tendrán que prostituirse en el cuerpo y en el alma, mendigar de rodillas lo que quieran darle; tendrán que  robar, venderse a quien sea, someterse a ser carne de votos, o entrar en el juego del sistema, sintiéndose a gusto  y aceptando ser el juguete que responde a lo que quieran  llamar y en el momento en que lo necesiten.

Señor, no te pido que me quites los peligros, no te pido que no me dejes caer en la tentación de pensar que no vale la pena seguir luchando, te pido que no me dejes sentirme a gusto e instalado en la apatía, en la insensibilidad y en la vaciedad de la vida, asumidas como forma de existencia.

Quiero llegar contigo hasta lo alto, no quiero que me derrumbe la cruz.

OREMOS:
Padre Celestial, en el nombre de Jesús, te pedimos que nos quites de una vez este corazón de piedra y nos concedas un corazón de carne, que sepa amar de veras a ti y a los hermanos.

 X ESTACIÓN:
JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS

Te lo habían quitado todo, tu fama, tus derechos, incluso habían apañado las leyes para que no tuvieras escapatoria… Eran unos cobardes y creían que te ibas a echar atrás.

Aquella capa que tu madre te había hecho sin costuras, de una sola pieza, era el signo más perfecto de tu grandeza: un hombre de una sola pieza, por eso, no fueron capaces de romperte y así llegaste a lo alto. Era lo único que te quedaba y, como no te pudieron romper, decidieron echar a suertes tu manto, tu espíritu, tu integridad.

No sabemos a quién le tocó, pero estoy seguro que aquel manto le hizo cambiar en su vida a quien le tocara. Y tu Espíritu sigue inquebrantable, integro, en el mundo, en tu iglesia, en cada hombre y en cada mujer que apuesta su vida por tu proyecto; en cada joven que es capaz de mirar al mundo y a la vida con esperanza, sin dejarse atrapar por el sistema, contra el que tú luchaste.

Jesús, tu manto sigue íntegro, defendiendo, cubriendo la dignidad de todos los hombres y mujeres que han puesto sus vidas al servicio de la verdad, en un mundo como el que vivimos, en el que se ha puesto como de moda el comerciar y jugar con la dignidad de la persona.

Quiero poner en tus manos a todos  los trabajadores de la información, para que su integridad sea la que los distinga y los sostenga, por encima de toda la mentira, los intereses y la basura.

OREMOS:
Señor Jesús, ayúdanos a despojarnos de nuestras malas costumbres.

 XI ESTACIÓN:
JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ

Fueron clavándote de pies y manos; cada martillazo era como el golpe dado, con todo el odio, contra aquella libertad que no pudieron doblegar y ponerla a su servicio.

¡Tanto tiempo que pasaron queriendo detener aquellos pies, que fueron recorriendo los campos, sembrando el amor, la paz, la verdad y la justicia y visitando a la gente sencilla, para decirle que Dios es Padre y que los quiere, invitándola a vivir  una forma nueva, sintiéndose hermanos!

¡Cuánto hubieran dado por amarrarte los brazos, para que no pudieras abrazar a nadie ni acercarte y curar con ellos a los enfermos, o acariciar a los niños, o a trabajar con dignidad, y no pudieron ponerlos al servicio del poder establecido!

¡Qué no hubieran dado por callar aquella boca que iba proclamando que Dios es un Padre tierno, y no un ogro que mantenía asustado a todo el mundo! Cada uno de aquellos golpes era como volver a gritar: “¡¡Cállate!!” y haz que se callen.

Como último signo te clavaron el corazón, con todo el odio del que quiso impedir que los hombres se sintiesen hermanos, que las mujeres fueran reconocidas como personas, y no como animales de carga y objeto de placer para usar y tirar.; que los enfermos, los pobre y los niños, los ancianos, los sin techo, los que no entran en el canon de sus intereses quieran reducirlos a escoria.

Pero tu corazón abierto y tu cuerpo entero clavado, siguen hoy siendo la denuncia que trastorna todo el tinglado y sigue poniéndolos en evidencia, pues siguen queriendo clavar los pies y las manos de todos aquellos hombres y mujeres con fe,  para que no puedan moverse, ni  puedan hacer que  progrese la justicia y la paz, clavando brazos e inutilizándolos  para que no puedan construir un mundo nuevo, basado en el amor y la verdad.

Y siguen martilleando mentes y corazones, para que se siga marginando la moral y se llenen los corazones de odio y de inseguridad, de manera que, nadie se pueda fiar de nadie y se impida la fraternidad.

OREMOS:
Señor Jesús, ayúdanos a ser tus testigos en el mundo.  Que todos los hombres conozcan tu amor y se acerquen a ti.

 XII ESTACIÓN:
JESÚS MUERE EN LA CRUZ

Ya, cuando naciste, tuvieron miedo de alojarte entre ellos y te mandaron fuera de la ciudad. Cuando Herodes supo que habías nacido, tuvo miedo de perder el puesto y montó una persecución. La gente de tu pueblo, cuando empezaste a decirles que debían perder el miedo y no permitir que los atropellasen, que debíamos comenzar una forma nueva de vivir como hermanos, que el reino de Dios estaba ya entre nosotros y que no había otra alternativa, que eso estaba por encima de cualquier otro interés, pues era mucho más fuerte que el poder del imperio… les entró miedo a todos y quisieron  despeñarte por un barranco.

Cuando te oyeron hablar, se burlaban de ti, porque no tenías títulos universitarios y todos conocían que no habías tenido otra escuela que la vida… entonces comenzaron a burlarse de ti, para que te desanimaras, pero vieron que no cedías ante la verdad, que ellos  mismos veían, pero que tú no le temías, y comenzaron a criticarte: te dijeron que eras un comilón, un borracho un… te dijeron todo lo peor que se le puede decir a un hombre y no pudieron contigo.

Aquel Nazareno, venido de tierras peligrosas, su voz empezaba a ser escuchada por mucha gente, y ya salió al paso la religión, acusándote de blasfemo, de mentiroso, de traidor a la ley de Moisés, de charlatán y embaucador, que iba creando un movimiento en torno a la verdad y  la libertad, y como veían que no tenías miedo, te quisieron frenar con la cruz, que era lo último a lo que podía llegar una persona… pero ni eso te detuvo y moriste como un valiente, sin que nadie lograra hacerte bajar la cabeza, ni arrodillarte ante nada, ni ante nadie.

Te mataron, te rompieron, pero no te vencieron, y nos dejaste esa cruz, esa imagen tuya en lo alto, como el grito máximo de libertad.

Hoy parece que también hay muchos que te siguen temiendo, y les da vértigo verte colgado en ella. ¿No será, tal vez, el miedo que le tienen a que los jóvenes te escuchen, te sigan  y se proclamen creyentes y seguidores de la libertad?

OREMOS:
Gracias, Señor, por habernos amado tanto.  Que nunca nos cansemos de alabarte y bendecirte.


 XIII ESTACIÓN:
BAJAN A JESÚS DE LA CRUZ

Creían que no ibas a ser capaz de aguantar hasta el final, que te ibas a asustar, no solo ante el espanto físico de la cruz, sino ante el fracaso y la afrenta que eso suponía, pero se equivocaron, fuiste más fuerte que ellos.

El cuerpo que ahora bajan de la cruz no es más que el signo de su propio fracaso, la expresión de su cobardía y de la podredumbre de su poder; no eran capaces de otra cosa, más que de producir muerte. La bajada de aquella cruz, fue la manifestación de una vergüenza que resonaría en toda la humanidad, durante toda la historia, algo que les haría bajar la cabeza y que, después, nadie quiso  asumir: la política pasaba la pelota a la religión y viceversa. ¡¡¡Cobardes todos!!!

Y cobardes todos aquellos que, a diario, siguen descolgándote y queriendo esconderte, de los millones de cruces que han levantado para todos los hombres y mujeres, jóvenes y mayores, que no se dejan convencer, ni se arrodillan ante nadie y el sistema anda buscando dónde esconderlos, y no sabe qué hacer con ellos y, como papa caliente, se los va pasando de un lado a otro.

¡Cobardes! Pero por más cruces que levantéis llegará el momento que ya no encontraréis quien os baje a vosotros mismos  de ellas, pues la verdad, el amor, y la paz dejarán al descubierto vuestra patraña.

Señor, junto a tu madre, junto a Juan, junto a María Magdalena, junto a los que siguen caminando a diario, te acogemos, y tu cuerpo, tu imagen, se han convertido en el cuerpo y en la imagen viva de todos los hombres y mujeres libres, que apostaron por la libertad.

OREMOS:
Señor Jesús, reconocemos que tú eres el único Salvador  y Señor.  Que nunca nos olvidemos de Ti.


XIV ESTACIÓN:


JESÚS ES  ENTERRADO


Dice el evangelio, que una especie de terremoto conmovió el calvario y toda la gente desapareció de allí, con la sensación de que algo muy importante había ocurrido aquel día, a pesar de que lo hubieran escondido en un sepulcro excavado en la roca

Aquello era imposible callarlo: eran demasiadas cosas, demasiadas vidas, demasiadas esperazas, demasiada verdad acallada, demasiada injusticia, demasiado atropello  denunciado, demasiada vileza de una clase política y religiosa… demasiadas contradicciones las que se habían querido cerrar con aquel acto criminal. Eso no se podía enterrar en un sepulcro, eso no es una página que se puede arrancar, como si no hubiera pasado nada.

Es Dios mismo que, ante tanta barbarie, ha decidido actuar y decir ¡basta!. Y eso no lo puede callar ni parar nadie, aunque tenga todos los poderes de represión, eso es como si alguien se creyera tan fuerte y poderoso, que creyera que puede tapar y anular la luz y la fuerza del sol.

Tenían tanto miedo, que ni habiéndote matado se sentían seguros, y pusieron centinelas para asegurarse que no saldrías de allí, como si se pudiera hacer desparecer la verdad, el amor y la justicia… como si eso se pudiera enterrar entre cuatro paredes o destruir.

¡Eso es lo que ellos hubieran querido! y eso mismo es lo que tantos quisieran hoy. Antes, lo enterraron en un sepulcro, hoy nos lo intentan tapar con dinero, comprado gente, silenciándolo con los medios de comunicación, poniendo las leyes en contra tuya… pero tu verdad, tu persona, es algo que no se puede tapar, ni enterrar, por más que se quiera ignorar y nos anestesien frente al hambre, a los atropellos, a las catástrofes con el futbol, la diversión… y la basura en  la TV.

OREMOS:
Señor Jesús, enséñanos a ser humildes.  Que nunca busquemos los honores de este mundo.


XV ESTACIÓN:
JESUCRISTO RESUCITA VICTORIOSO

Hemos hecho el recorrido de dos historias paralelas: una es la historia de estupidez y de un orgullo que, en sus alucinaciones de grandeza, llegó a creerse que no había nadie por encima de él: fue el poder religioso judío y el del imperio, que creen que se puede coger el universo entero y meterlo en una caja, amarrarlo con una cuerda y quedarse tan tranquilos pensando que son los dueños absolutos de todo y que pueden disponer del hombre cuando quieran y establecer lo que es la verdad y dominar su voluntad.

La otra historia que corre en paralelo, es la del hombre libre que apoyado en Dios, su Padre y meta, rompe todos los esquemas y deja al descubierto la estupidez humana y la estrechez de miras de los intereses humanos.

Cuando el hombre despierta de sus alucinaciones, se da cuenta que lo único que ha hecho es crear el caos y la muerte  y se queda con su caja  llena de odio, de rencor, de resentimientos, de impotencia y decepción, al ver que su sueño era algo incontrolable e irreversible, pues el sueño que él quiso destruir y hacer desaparecer, encerrándolo en una caja, resucitó y se multiplicó en millones de corazones que aceptaron la llamada, acogieron su proyecto y su espíritu los inundó convirtiéndolos en testigos de libertad y de salvación.

Sin embargo, la historia se sigue repitiendo y siguen apareciendo iluminados que quieren volver a la estupidez y pretenden amordazar y aprisionar el universo en la estrechez de sus intereses y de su ignorancia.

OREMOS:
Señor Jesús, enséñanos a vivir pensando siempre en Tí, que estás victorioso a la diestra del Padre.  Qué después de haberte acompañado hasta el Calvario, podamos alcanzarte en la gloria.