Dijo Jesús a sus discípulos: “Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora: Cuando venga Él, el Espíritu de la Verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable, no será suyo: Hablará de lo que oye y os comunicará lo que habrá de venir. Él me glorificará, porque recibirá de mí lo que os irá comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío, Por eso os he dicho que tomará de lo mío y os lo anunciará. (Jn. 3, 16-18)
DIÁLOGO
Lucía.- Hoy es el domingo de la Santísima Trinidad: un solo Dios y tres personas distintas, El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Agustín.- ¡Sí! Un solo Dios, una sola esencia: “El amor”. Dios Padre. La Creación de un mundo solidario fue su primera muestra de amor hacia nosotros.
Jorge.- Y nosotros lo hemos convertido en un mundo injusto, en donde el que más tiene, más quiere, en donde han convertido al dinero en su Dios.
Pablo.- Sólo teniendo a Dios Padre en nuestro corazón, podremos salvar a tantos niños que mueren de hambre, porque los países ricos no mueven un dedo para salvarlos.
Lucía.- De la misma esencia de amor del Dios Padre, es su Hijo Jesucristo, que dio su vida para la salvación del mundo.
Agustin.- ¿Que mayor muestra de amor podemos tener?Yy su cruz, como símbolo de entrega hacia los empobrecidos.
Jorge.- Jesús, que venció a la muerte, mostrándonos el camino hacia el Padre, abriéndonos las puertas hacia la esperanza de la vida eterna.
Pablo.- Y nos acompaña en cada instante de nuestra vida, con la presencia del Espíritu Santo, que nos derrama la misma esencia del Padre y del Hijo: “El amor”.
Lucía.- Cada vez que amanece, ponemos a la Trinidad en nuestra boca, cuando rezamos: “En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.
Agustín.- Cada vez que nos reunimos en torno al altar, en la Misa, la comenzamos, santiguándonos en su nombre.
Jorge.- Cada vez que nace un nuevo miembro de la Iglesia, lo bautizamos ofreciéndolo en el nombre de los tres, naciendo como hijo de Dios, como hijo del amor.
Pablo.- Jesús Resucitó, y cuando ascendió a los cielos, el Padre y el Hijo nos enviaron su fuerza, su aliento, su amor, su Espíritu, que es Santo como el Padre y el Hijo. El Espíritu Santo, produce la unidad y la caridad de la Iglesia, distribuye dones y ministerios, nos santifica y nos guía al Padre y al Hijo…”Los tres unidos en una misma esencia o naturaleza: EL AMOR” porque Dios es Amor.