Hacia Dios por los caminos de la Biblia, nº 62


Melquisedec. Un encuentro misterioso e inesperado 

Christian: (Cristiano o seguidor de Cristo): Sin entrar en muchos detalles me parece interesante mencionar, tu encuentro, amigo Abraham, con ese misterioso personaje llamado Melquisedec que, llamado Rey de Justicia, era además Rey de Salem (Génesis 14:18), es decir, Rey de Paz. 

Abraham: Ciertamente fue un encuentro gratificante. Me salió al encuentro cuando yo volvía de derrotar a Codorlamor y sus aliados, a los que tuve que atacar para rescatar a mi sobrino Lot. 

Christian: Perdona que te interrumpa, amigo, ¿es cierto que de Melquisedec tenemos pocos datos? 

Abraham: Es cierto. A mí se me presentó como Rey de Sodoma, en el valle de Save (es decir, el valle del Rey). No mencionó ni a su padre ni a su madre, ni dijo nada de su pasado ni de su futuro, Tampoco yo le pregunté, pues estuvimos hablando de los problemas de aquella zona, de las envidias y odios entre reyes, de las guerras innecesarias, del pésimo comportamiento de los habitantes de Sodoma, etc. 

Christian: ¿Y cómo era Meelquisedec?. 

Abraham: Hacía honor a su nombre: “Rey de Paz” (Rey de Salen). Hablaba con una serenidad admirable y con una lucidez seductora. Como Rey de Justicia, le latía fuertemente el corazón ante las situaciones injustas. Como era sacerdote del «Dios Altísimo», me trajo pan y vino, 

Christian: Esto me recuerda el pan y el vino de la Eucaristía. Jesús los bendijo y se los dio a sus apóstoles como su Cuerpo y su Sangre. 

Abraham: Me encantó la bendición de Melquisedec: Abran -me dijo- bendito seas del Dios Altísimo, Creador del cielo y de la tierra. Y bendito sea el Dios Altísimo, porque entregó a tus enemigos en tus manos.» Y yo le di la décima parte de todo lo que llevaba.. 

Seguiremos el próximo día. 

CONSEJO: Leer el capítulo 7 de la carta a los Hebreos.