Hacia Dios por los caminos de la Biblia, nº 70


Abraham, amigo de Dios 

Christian (Cristiano o seguidor de Cristo): Ante el pecado de los sodomitas Dios quedó extrañado, hasta el punto que determinó destruir las dos ciudades, Sodoma y Gomorra, pero no quiso decirselo a Abraham. 

Abraham: La verdad es que yo me quedé sorprendido cuando el Señor me dijo que no pensaba decirme nada. pero, ya que se trataba de su gran amigo, se lo pensó y se dijo: «¿Por ventura voy a ocultarle a Abraham lo que hago? ». 

Christian: Hay que ver hasta dónde llega nuestro Dios. Hasta llamarte su amigo, considerarte como tal y hacer que este título se vaya repitiendo a lo lardo de los siglos. 

Abraham: Dicen que en el Antiguo testamento a la única persona que Dios llama amigo es a mí. Dios es inexplicablemente bueno. Uno no llega a comprender ese amor tan constante, tan comprensivo y tan inexplicable. Yo le doy gracias todos los días por ese estar conmigo, como creador, como compañero, como guía y, especialmente, como amigo. 

Christian: He tenido la curiosidad de buscar algunos pasajes, donde se te llama “amigo de Dios” :“¿No has sido tú, oh Dios nuestro, el que expulsaste a los habitantes de esta tierra delante de tu pueblo Israel, y la diste a la posteridad de tu amigo Abraham para siempre? (2 Crónicas 20:7. “Pero tú, Israel, siervo mío eres; tú, Jacob, a quien yo escogí, descendencia de Abraham “mi amigo.” Isaías 41.8 “Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios” (Santiago 2:23) 

Abraham: Dicen que el mejor regalo que le pueden hacer a uno es la amistad. Cuando esta amistad es la de Dios, uno se siente inundado por su amor. Es una experiencia indescriptible, llena de luz, de alegría, de esperanza, de ilusión, de apertura hacia la naturaleza y, especialmente, hacia el ser humano. 

Christian: Mi querido amigo Abraham: te llamamos el Padre de todos los creyentes. ¿En qué Dios crees tú? 

Abraham: Mi Dios, amigo, es el mismo en el que tú crees: un Dios todopoderoso (Gn. 17:1), eterno (Gn. 21:33) y Altísimo (Gn. 14:22); Señor y Creador de los cielos y de la tierra, dueño real y legítimo de toda la creación (Gn. 24:3), Juez justo, administrador del mundo (Gn. 18:25 un Dios único que nos llamó, aunque en distintas épocas de la historia (Gn. 15:6; cp. Rom. 4:3; Gá. 3:6). Este es el Dios, al que, lleno de fe en El, obedezco, adoro y amo. 

Christian: …y “es tu amigo”.