Monición de entrada. Domingo 30º del t.o., Ciclo C. "El fariseo y el Publicano"

Dijo Jesús esta parábola por algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos, y despreciaban a los demás: Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era un fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: “¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano: Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo”. El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; sólo se golpeaba el pecho, diciendo: “¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador”. Os digo que este bajó a su casa justificado y aquel no. Porque todo el que se enaltece, será humillado y el que se humilla será enaltecido”. (Lc. 18, 9-14)



DIÁLOGO

Jorge.- Bienvenidos a los que os acercáis a celebrar el día del Señor, a hablar un rato con Jesús. En la lectura, Jesús nos dice que cuando oramos ante Él, "oye antes a nuestro corazón que a nuestras palabras".

Pablo.- El fariseo era un guardián de las leyes y cumplía las leyes sin amor. El publicano no sabía tanto de leyes, pero amaba a Dios de corazón.

Natalia.- ¿Y eso que quiere decir? Está claro: se nos nota cuando hacemos las cosas por cumplir, porque toca hacerlas, por lo que vayan a decir de mí.

Lucía.- Igual pasa con la Catequesis: algunos piensan que son clases para conseguir un carné, un carné para que te regalen cosas. Y que cumplir es venir los cuatro años... ¡y ya está!

Jorge.- En la catequesis se habla del amor, de la igualdad entre las personas, de que lo que nos sobra en la casa es porque le falta a alguien en la suya...

Pablo.- De que el compartir es la mejor forma de ser feliz, de que la amistad se alimenta de la verdad. De que hay que defender la vida de los recién nacidos...

Natalia.- De que el respeto a los padres es nuestra muestra de amor, que para los abuelitos, la mayor felicidad es nuestra compañía...

Lucía.- De que tenemos que renunciar a ser egoístas ¡para que la familia esté unida! De que la violencia es la falta de AMOR...

Jorge.- Todo eso nos enseña Jesús en sus palabras, y la Parroquia nos ofrece esas vivencias para crecer como personas. Entonces, ¿por qué la catequesis se acaba con la 1ª comunión?

Pablo.- ¡Ya entiendo! Aprender a ser persona no se acaba nunca. Debemos de seguir formándonos. Algunos amigos se siguen reuniendo en la Parroquia.

Natalia.- Y con las Hermanas de la Consolación, para hablar de Jesús, para prepararnos para la Confirmación. ¿Y vosotros padres? ¿Tenéis tiempo para traernos?

Lucía.- Creo que es importante buscar ese tiempo. ¿Qué pensáis vosotros? Sería una demostración de que nos queréis. La Primera Comunión no es un carné para guardar, es el comienzo para tener a Jesús siempre dentro de ti.