Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo, y después de ayunar sus cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre. El tentador se le acercó y le dijo: “Si eres hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes”, pero él le contestó diciendo: “Esta escrito. No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. Entonces el diablo lo lleva a la ciudad santa, lo pone en el alero den templo y le dice: Si eres el Hijo de Dios tírate abajo, porque está escrito: “Encargará a sus ángeles que cuiden de ti, y te sostendrá en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras”. Jesús le dijo: “También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios””. Después el diablo lo lleva a una montaña altísima, y mostrándole los reinos del mundo y su gloria, le dijo: “Todo esto te daré, si te postrar y me adoras” Entonces le dijo Jesús: “Vete Satanás, porque está escrito: Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás fruto, entonces lo dejo el milagro y se le acercaron los ángeles y le servían. (Mt. 4, 1-11)
DIÁLOGO
Ana.- El Miércoles pasado, el “Miércoles de Ceniza”, comenzó el tiempo de Cuaresma. Un tiempo especial de oración para tener a Dios en nuestro pensamiento, en nuestra boca y en nuestro corazón.
Lucía.- En el primer domingo, nuestro maestro Jesús, para orar, se apartó de todo lo que nos distrae de Dios: ¡eso representa el desierto!, la íntima conversación entre tú y Dios.
Jorge.- Una charla tranquila, sincera, amorosa, ¡con el Padre que tanto nos quiere! Y pedirle consejo para crear un mundo más solidario, más justo.
Pablo.- ¿De qué te tienes que apartar tú, para poder hablar con Dios? ¿Qué te distrae: el orgullo, la vanidad, la rutina?
Ana.- “Convertir las piedras en pan”. La primera tentación: dejarte dominar por el materialismo, por el acumular riquezas, ¡olvidándote de los que no tienen para comer!
Lucía.- Buscar solo lo fácil, lo cómodo: “El no querer complicarte la vida”. ¿Te ocupa mucho tiempo el ordenador? ¿Te separa de tu familia?
Jorge.- ¡El tabaco, el alcohol, las drogas! ¿Te dominan? ¿Te hacen creer que eres más importante? ¿Qué ambiente vives con tus amigos?
Pablo.- “Tírate abajo: sus ángeles te sostendrán en sus manos” La segunda tentación: ¡el creerte el más importante, creer que la gente está a tu servicio!
Ana.- ¡Bien claro lo vivió Jesús! Su ejemplo de entrega, de compromiso con el débil, borra toda confusión. ¡Hay gente que te necesita, no pierdas tiempo, y “manos a la obra”!
Lucía.- “Todo esto te daré, si me adoras”. La tercera tentación: ¡el poder al servicio del mal, el creerte un Dios que administras la vida y la muerte! ¿Qué leyes se hacen?
Jorge.- ¡El poder para evitar la violencia, para evitar las guerras, para repartir los bienes de una forma más justa! El poder para llevar la educación a todos los rincones del mundo.
Pablo.- Jesús nos muestra cómo vencer las tentaciones. Ora cada día, habla con Jesús, aprende a escucharlo, ¡a ser un instrumento para construir su reino de amor! ¡LA CUARESMA: UN TIEMPO PARA VOLVER A COMENZAR!