En aquel pueblo muchos creyeron en él Así, cuando llegaron a verlo los samaritanos, le rogaban que se quedara con ellos. Y se quedó allí dos días. Todavía creyeron muchos más por su predicación, y decían a la mujer: "Ya no creemos por lo que tú dices; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es de verdad el Salvador del mundo." (Jn. 4, 5-42)
DIÁLOGO
B.- ¡Sí, una mujer fue la primera en oír la gran noticia! Jesús volvía a Galilea y descansaba junto al pozo de Jacob, cerca de la ciudad de Sicar, de la región de Samaría.
C.- Samaría es una región situada entre Jerusalén y la región de Galilea, y los samaritanos eran enemigos de los judíos por tener su propio templo para el culto, en el monte Garizim.
D.- ¿Un judío hablando con ella? ¿Pidiéndole agua? Algo misterioso envolvía las palabras de Jesús cuando le dijo: “El que beba del agua que yo le daré, nunca más tendrá sed”
A.- ¿Qué encantadora locura nos ofrece Jesús? Beber de su mensaje, vivir con sus criterios, y saciarnos en el más hermoso encuentro con Él: ¡En la Eucaristía!
B.- Ese es el verdadero sentido de la Comunión: ¡El encuentro con Jesús! Y que no te líen, porque la Primera Comunión es el comienzo de vivir abrazado a Jesús.
C.- Los mayores buscan a veces el saciarse con aguas contaminadas con la avaricia, con el afán de poder, contaminadas con el olvido de los ancianos y los enfermos: ¡Aguas que nunca sacian la sed!
D.- ¡Que curioso! Jesús le pide a la mujer agua, y al final, es Él quien le ayuda a ella, animándola a cambiar su alocada vida, y le otorga el perdón, como puerta para no tener más sed.
A.- La mujer pecadora, avergonzada, prefería coger el agua de un pozo alejado, para no encontrarse con conocidos, y en Jesús encontró la rendija para empezar una vida nueva.
B.- ¡A veces ocurre! Al humillado, al drogadicto, al desesperanzado, lo marcamos y lo alejamos de nuestras vidas. ¿Habéis probado en tenderles una mano, en escucharlos?
C.- Jesús sembró la esperanza en ella, y ella salió corriendo hacia su pueblo, para anunciar el encuentro con Jesús. ¿Y tú, eres valiente como la samaritana para anunciar el evangelio?
D.- Y a sus discípulos les dijo: ¡Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió…..! ¿Qué es lo que te pide el Padre Dios a ti? ¿Siembras odio y violencia, o siembras esperanza? ¿Dónde buscas el alimento de tu vida?