Diálogos desde el Evangelio. Domingo 27º T.O. Ciclo C

 

Monición de entrada. Domingo 27º del t.o. Ciclo C


EL PODER DE LA FE. HUMILDAD EN EL SERVICIO
DOMINGO 27º DEL T.O. CICLO “C” Lc. 17, 5-10

Los apóstoles dijeron al Señor: “Auméntanos la fe”. El Señor contestó: “Si tuvieras fe como un granito de mostaza, dirías a esa morera: “Arráncate de raíz y plántate en el mar”, y os obedecería. Suponed que un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo, ¿Quién de vosotros le dice: “En seguida, ven y ponte a la mesa?”. ¿No le diréis: “Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo; y después comerás y beberás tú?”. ¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: “Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer””.

Celebración de apertura de curso en la Universidad de Jaén

El pasado jueves, 23 de septiembre, tuve el privilegio de compartir la Eucaristía presidida por nuestro Obispo Don Ramón en el Salón de Grados del Campus de las Lagunillas de nuestra universidad. Fue una celebración emocionante por muchos motivos: en primer lugar, porque no creo que haya mejor forma de comenzar un curso para alumnos y profesores que compartiendo una Eucaristía; en segundo lugar, porque hacerlo en un marco como el de este Salón de Grados personalmente me llena de felicidad; finalmente, porque los allí presentes tuvimos la oportunidad de escuchar una homilía de Don Ramón intensa, profunda, oportuna al 100% en un día como éste.
Le pedí a una buena amiga si me podía conseguir al menos el esbozo de esta homilía y finalmente puedo compartirla con vosotros, junto con las lecturas de la celebración de la Palabra.

Atentamente, Antonio J. Sáez Castillo

Diálogos desde el Evangelio. Domingo 26º T.O. Ciclo C

Monición de entrada. Domingo 26º del T.O., ciclo C


PARÁBOLA DEL RICO EPULÓN Y EL POBRE LÁZARO. Lc. 16, 19-31

Dijo Jesús a los fariseos: “Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba espléndidamente cada día. Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que tiraban de la mesa del rico, pero nadie se lo daba. Y hasta los perros se le acercaban a lamerle las llagas. Sucedió que se murió el mendigo y los ángeles lo llevaron al seno de Abraham. Se murió también el rico y lo enterraron. Y estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantando los ojos, vio de lejos a Abraham y a Lázaro en su seno, y gritó: “Padre Abraham, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas”. Pero Abraham le contestó: “Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en vida y Lázaro a su vez males”: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces. Y además entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que no puedan cruzar, aunque quieran, desde aquí hacia vosotros, ni puedan pasar de ahí hasta nosotros”. El rico insistió: “Te ruego, entonces, padre, que mandes a Lázaro a casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que, con su testimonio, evites que vengan también ellos a este lugar de tormento”. Abraham le dice: “Tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen”. El rico contestó: “No, padre Abraham. Pero si un muerto va a verlos, se arrepentirán”. Abraham le dijo: “Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no han caso ni aunque resucite un muerto”.

La vida de Jesús según Fano

Ya sabéis que no somos en el blog muy de PowerPoints, pero hemos recibido esta "cristología" ilustrada de Fano y nos parece maravillosa. Por eso la compartimos con todos vosotros.

Discurso del Papa en ell Westminster Hall (City of Westminster).

El diálogo fe-razón es el tema fundamental del discurso del Papa en el encuentro con exponentes de la sociedad civil, del mundo académico, cultural y empresarial, con el Cuerpo Diplomático y con líderes religiosos en el Westminster Hall. Creemos que la profundidad e importancia de su mensaje, para  la sociedad civil  actual,  debe ser difundido para conocimiento de todos los creyentes y no creyentes.




"¿Quién me ha tocado?", por Jaime Salido

Diálogos desde el Evangelio. Domingo 25º T.O.


Monición de entrada. Domingo 25º t.o., Ciclo C

EL ADMINISTRADOR INFIEL. 
 LA HONRADEZ: FORMA DE VIDA
Lc. 16, 1-13  

Dijo Jesús a sus discípulos: “Un hombre rico tenía un administrador y le llegó la denuncia de que derrochaba sus bienes.  Entonces lo llamó y le dijo: ¿Qué es eso que me cuentan de ti? Entrégame el balance de tu gestión, porque quedas despedido.  El administrador se puso a echar sus cálculos: ¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me quita el empleo? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar, me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa. Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo, y dijo al primero: ¿Cuánto debes a mi amo? Éste respondió: Cien barriles de aceite. Él le dijo: Aquí está tu recibo: aprisa, siéntate y escribe cincuenta.  Luego dijo a otro: Y tú ¿Cuánto debes? Él contestó: Cien fanegas de trigo. Le dijo: Aquí está tu recibo: Escribe ochenta.  Y el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que había procedido. Ciertamente los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz”. Y yo os digo: “Ganaos amigos con el dinero injusto, para que cuando os falte, os reciban en las moradas eternas. El que es de fiar en lo menudo, también en lo importante es de fiar; el que no es honrado en lo menudo, tampoco en lo importante es honrado. Si no fuisteis de fiar en el vil dinero, ¿Quién os confiará lo que vale de veras? Si no fuisteis de fiar en lo ajeno, ¿Lo vuestro quién os lo dará? Ningún siervo puede servir a dos amos: porque o bien aborrecerá a uno y amará a otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso al segundo. No podeéis servir a Dios y al dinero”

Más sobre la maternidad y la mujer

Al hilo de la reflexión que planteaba Antonio sobre el papel actual de la mujer en relación con la maternidad, hemos encontrado este corto que nos parece interesante.
En él se analiza la reacción de Julia al descubrir que va a tener un bebé con su marido, Mario. Él está ilusionado. En cambio, ella se debate entre llegar a la cúspide de su carrera profesional como modelo o seguir adelante con el embarazo.

Lactancia y Neomachismo, por Antonio José Sáez Castillo


Diálogos desde el Evangelio, domingo 24º del T.O.

Monición de entrada. Domingo 24 º t.o., Ciclo C.

LA OVEJA PERDIDA, LA DRAGMA PERDIDA Y EL HIJO PRÓDIGO
 (Lc. 15, 1-32)

Se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharle. Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos: “Ése acoge a los pecadores y come con ellos”. Jesús les dijo esta parábola: “Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿No deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, se la carga sobre sus hombros, muy contento; y al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: “¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido. Os digo que también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse. Y si una mujer tiene diez monedas y se le pierde una, ¿No enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, reúne a las vecinas para decirles: “¡Felicitadme!, he encontrado la moneda que se me había perdido”. Os digo que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta”.
También les dijo “Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: “Padre, dame la parte que me toca de la fortuna”. El padre les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, emigró a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y tanto le insistió a un habitante de aquel país, que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. Le entraban ganas de saciarse de las algarrobas que comían los cerdos; y nadie le daba de comer. Recapacitando entonces, se dijo: “Cuantos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me pondré en camino a donde está mi padre, y le diré: padre he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros.” Se puso en camino a donde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre le vio y se conmovió; y, echando a correr se le echo al cuello y se puso a besarlo. Su hijo le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo.” Pero el padre dijo a sus criados: “Sacad en seguida el mejor traje y vestidlo, ponedle el anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el becerro cebado y matadlo; celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado; y empezaron el banquete. Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver, se acercaba a la casa, oyó la música y el baile, y, llamando a uno de los mozos, le preguntó qué pasaba. Éste le contestó: “Ha vuelto tu hermano, y tu padre ha matado el becerro cebado, porque lo ha recobrado con salud”. Él se indignó y se negaba a entrar, pero su padre salió e intentaba persuadirlo. Y él replicó a su padre: “Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecerte nunca orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; y cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado.” El padre le dijo: “Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo: deberías alegrarte, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido, estaba perdido y lo hemos encontrado”.

Diálogos desde el Evangelio. Domingo 23º del T.O.

Monición de entrada. Domingo 23 º t.o., Ciclo C.

LA ABNEGACIÓN CRISTIANA. 
RENUNCIAR A TODO POR JESÚS
Lc. 14, 25-34   
“Mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo: “Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío.  Quien no lleve su cruz detrás de mí, no puede ser discípulo mío.  Así, ¿Quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla?  No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran diciendo: “Este hombre empezó a construir y no ha sido capaz de acabar”. ¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil? Y si no, cuando el otro esté todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz.  Lo mismo vosotros: el que no renuncia a todos sus bienes, no puede ser discípulo mío”