Monición de entrada. Domingo 23 º t.o., Ciclo C.

LA ABNEGACIÓN CRISTIANA. 
RENUNCIAR A TODO POR JESÚS
Lc. 14, 25-34   
“Mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo: “Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío.  Quien no lleve su cruz detrás de mí, no puede ser discípulo mío.  Así, ¿Quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla?  No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran diciendo: “Este hombre empezó a construir y no ha sido capaz de acabar”. ¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil? Y si no, cuando el otro esté todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz.  Lo mismo vosotros: el que no renuncia a todos sus bienes, no puede ser discípulo mío”


DIÁLOGO

Pablo.-  “El que no renuncia a todos sus bienes, no puede ser discípulo mío”. Ésta es la última frase del evangelio de hoy. Jesús nos invita a la hermosa aventura de vivir siempre unido a Él,  y saborear el amor de Dios.

Lucía.-  Pero es muy fuerte lo que nos pide: “Posponer a nuestros padres, a nuestros hermanos y a nuestros hijos”, para poder ser sus discípulos.

Natalia.-  Jesús quiere decir, que no haya nada en el mundo que te aleje de Él, como la ambición de las riquezas, o del poder. Te pone el ejemplo de la familia, como símbolo de lo más importante en la tierra para una persona.

Jorge.-  La riqueza pasajera nos la cambia por la riqueza de Dios. Para seguir a Jesús debemos de andar desnudos, sin nada que nos estorbe, como el rencor, la ambición. ¡No podemos amar a medias!

Pablo.- La apuesta por Dios debe ser rotunda, definitiva. Lo mismo ocurre con la vida en familia.  No se puede ser padre o madre a ratos. Todo lo que se haga o se piense, debe de ser para buscar la unidad y el bien de la familia.

Lucía.- Si vas a hacer algo que no se pueda contar: ¡Mejor no lo hagáis! Porque tendríais que mentir, y dejaría de creer en vosotros, y eso provoca la rotura de la familia.

Natalia.-  ¿Piensas que tus padres están a tu servicio? ¡Te equivocas! No confundas el amor que te tienen. Participa en ayudar a tus padres en casa, y sobre todo en no crear conflictos ni peleas.

Jorge.-  Eso nos pide Jesús. Renunciar a nuestros caprichos, a lo que rompe familias.  Renunciar a todo lo que te aparta de Él.  En la Eucaristía, pídele que te tome como herramienta para la construcción de su Reino.

Pablo.-  Esa maravillosa locura de sentir a Dios, la vivió la Madre Teresa de Calcuta, a la que hoy recordamos en el trece aniversario de su muerte (05-09-1997). Ella hizo un “voto privado” a Dios en el año 1942.

Lucía.- Ella escribió: “Hice un voto a Dios, obligándome bajo (pena de) pecado mortal, a dar a Dios todo lo que Él me pidiera, a no negarle nada”. Así le expresó su amor.

Natalia.-  ¡Todo lo que le pidiera!, y se entregó en cuerpo y alma a cuidar a los más humillados y humildes de la India. Ella quería: “Llevar la alegría al corazón sufriente de Jesús”.  Y tenía tanta confianza en Él que decía: “Mi Dios…suple lo que  falta en mí”.

Jorge.-  Di como la Madre Teresa: “Jesús es la luz que yo enciendo”. “Qué terrible es estar sin Dios”.  “Gracias a Dios, que Él se rebaja tomar de mí”. “El buen Dios llamó y yo dije “Si” ”.    Y a ti ¿Qué motivo te aleja de Dios?  ¡Él te ama, Él es la razón de tu existir! Dios te llenará lo que de ti haya tomado.