Los fariseos, al oír que había hecho callar a los saduceos, se acercaron a Jesús y uno de ellos le preguntó para ponerlo a prueba: “Maestro, ¿Cuál es el mandamiento principal de la Ley?”. Él le dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser”. Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los profetas”. (Mt. 22, 34-40)
DIÁLOGO
Lucía.- “Amarás a Dios con todo tu corazón, y al prójimo como a ti mismo”. Con estas palabras, Jesús resume toda la ley de Dios. Pero, ¿sabemos amar?
Carlos.- ¡Yo sí lo sé! Cada vez que mis padres me regalan los caprichos que les pido, “los quiero un montón”, pero si no me lo compran, los quiero un poco menos.
Agustín.- Cuando mis amigos me dejan los videojuegos, yo los quiero muchísimo: ¡Ellos SÍ son mi prójimo, mis verdaderos colegas!
Jorge.- Yo amo mucho, porque no pido nada a nadie, vivo bien con lo que tengo, pero que tampoco me molesten con pamplinas ni problemas: ¡cada uno que se apañe con lo suyo!
Lucía.- Yo le llevo flores a mi santo, y le rezo para que me ayude a tener suerte en la vida. Sobre todo, el día que lo sacamos a la calle: ese día, amo mucho a Dios, ¡hasta lloro de emoción!
Carlos.- ¡Que jaleo tenemos en la cabeza! ¡Qué lejos estamos del verdadero amor de Dios! Creo que la televisión y esta sociedad nos están alejando de la verdadera felicidad.
Agustín.- ¡Ya caigo! Cuando busco mi propio interés, desaparece el amor. Cuando dejo de pensar en el bien común, también dejo de amar.
Jorge.- Cuando sólo amo a los santos y me olvido de mi familia o de los más necesitados, puedo caer en la idolatría: ¡amar a una imagen, en lugar de amar a quien representa!
Lucía.- Recuerda: amar hasta que duela el corazón, amar sin esperar nada a cambio, amar es entregar lo que hay en ti, buscando el bien de los demás.
Carlos.- ¡Claro! Cuando se ama ¡no se espera nada a cambio! Por eso nunca te sientes frustrado, ni engañado, ni traicionado, ni vencido: ¡porque tienes a Dios dentro de ti! Esa es tu recompensa.
Agustín.- ¡Ya sabes! Amar es la verdadera misión de un cristiano. Hoy día del DOMUND, debemos sentirnos Misioneros del Reino de Dios: ¡es nuestro encuentro con Dios!
Jorge.- Y lo encontrarás en cada uno de tus semejantes, en tu comunidad. ¡No pierdas el tiempo en tu vida cómoda! ¡Ama a Dios en el consuelo al triste y cansado de la vida, en el enfermo sin esperanza, en el abandonado por su familia! ¡CONTAGIA EL AMOR DE DIOS!