Preguntó Pilato a Jesús: “¿Eres tú el rey de los judíos?”. Jesús le contestó:”¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?”. Pilato replicó: “¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí: ¿Qué has hecho?”. Jesús le contestó: “Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí”. Pilato le dijo: “Conque, ¿Tú eres rey?”. Jesús le contestó: “Tú lo dices: soy Rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo; para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz”.
DIÁLOGO
Yéssica.- Hoy es el último domingo del año Litúrgico. En el evangelio proclamamos que JESUCRISTO ES EL REY DEL UNIVERSO.
Aitana.- Jesús estaba delante de Pilato ¡Sí, ese cobarde que se lavaba las manos ante las injusticias! ¡Y molesto de perder su tiempo!
Marisa.- Pilato le preguntó a Jesús si él era el Rey de los judíos, Y cuando Jesús le dijo que su reino no era de este mundo, ¡Pilato se quedó “pasmao”!
Irene.- ¡Ya sabéis! ¡Jesús es rey de la Verdad, de la Justicia, de la Paz, es el Rey del Amor! Su Reino no es para mangonear. ¡Es para servir a los demás!
Yéssica.- El engaño ha llevado a las personas a la ruina, a quedarse sin techo donde vivir. ¡Querían ser libres y les roban su dignidad!
Aitana.- ¡Jesús! Hace dos mil años, no te entendieron. Hoy tampoco les interesa tu Verdad. Les siguen molestando a los mandones tus Palabras.
Marisa.- Teresa de Calcuta sí sabía dónde estaba la verdad. Un día le preguntaron: ¿Por qué nunca hablas de política?
Irene.- Teresa de Calcuta, con voz triste contestó: “No puedo perder el tiempo. Un día me paré 5 minutos a escuchar a un político y en ese rato, se me murió un viejecito en Calcuta”.
Yéssica.- Hay personas que no pierden el tiempo en reuniones vacías, ni en organizar cosas que no se realizan ¡y en cambio, no se valora su trabajo!
Aitana.- Crean grupos de jóvenes voluntarios que ayudan a las madres a tener y cuidar a sus hijos, dedican y entregan su tiempo a los demás.
Marisa.- Porque los jóvenes tienen valores maravillosos, que no son de este mundo materialista. Sólo tienen que encontrar a alguien que les lleve hacia Jesús.
Irene.- ¡Cuidado con llenarnos de palabras vacías! Nuestro mayor estímulo lo vemos de los mayores, y lo que nuestras manos consiguen: arrancar una sonrisa, sembrar la esperanza. Mostremos que ¡Jesús es el Rey del Universo!