Monición de entrada. LA PARUSÍA, LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO. VIGILAD. DOMINGO 33º DEL T.O. Ciclo B Mc. 13, 24-32


Dijo Jesús a sus discípulos: “En aquellos días, después de una gran tribulación, el sol se hará tinieblas, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearán. Entonces verán venir al Hijo del Hombre sobre las nubes con su gran poder y majestad; enviará a los ángeles para reunir a los elegidos de los cuatro vientos de horizonte a horizonte. 

Aprended de esa parábola de la higuera: Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, deducís que el verano está cerca; pues cuando veáis vosotros suceder esto, sabed que Él está cerca, a la puerta. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán, aunque el día y la hora nadie lo sabe, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, solo el Padre.” 
DIÁLOGO 

Juan.- En el evangelio de hoy Jesús nos habla de la PARUSÍA, es decir, de la segunda venida de Cristo a la tierra. 

Ana.- ¡Acordaros bien! Su primera venida fue cuando nació en Belén, envuelto en pañales. Y cuando de mayor nos mostró su mensaje de Paz, y devolvió a la mujer su dignidad. 

Miriam.- Las palabras de Jesús pusieron nerviosos a los mandones de la época. Lo mismo pasa hoy. El mensaje de respeto por la vida, de esa vida que está por nacer, choca con las leyes de hoy. 

Carlos.- ¡Que raros son los mayores! Los mandones tardan años en hacer leyes, y quieren que una madre o una niña, en cinco minutos de miedo, o de tristeza, o de soledad, o de falta de amor, pueda decidir “el evitar que nazca un niño”. 

Juan.- Jesús nos dice que estemos vigilantes, que no tengamos miedo, que Él siempre está a nuestro lado. ¡Que las decisiones las tomemos abrazados a su amor! 

Ana.- En la segunda venida, Jesús nos acogerá en sus brazos a todos los que han creído en su Palabra. 

Miriam.- Bueno, los que han creído y los que han puesto en práctica sus consejos ¡No vale creer y después tocarte la barriga todo el día! 

Carlos.- ¡Ya sabes hay mucho por hacer, hay muchas injusticias que nos rodean…. Hay mucha falta de amor en nuestras casas!

Juan.- La palabra de Jesús es para vivirla. No esperes su segunda llegada con los brazos cruzados. ¿Sabes que están echando a la gente de sus casas? 

Ana.- ¡Enriquecerse con las desgracias ajenas “no es lícito”! ¿Hasta dónde llega la miseria de nuestros corazones? 

Miriam.- Y te va a preguntar que has hecho con los talentos y los dones que te dio: ¿qué puedes hacer tú para evitar esas injusticias? 

Carlos.- Si nos enseñáis a ser pasotas,  ¿qué seremos nosotros de mayores? Amar es otra cosa.