Monición de entrada. Domingo 21 º t.o., Ciclo C.


EL MISTERIO DE LA SALVACIÓN

"Jesús, de camino hacia Jerusalén, recorría ciudades y aldeas enseñando. Uno le preguntó: “Señor, ¿Serán pocos los que se salven?”. Jesús les dijo: “Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera, y llamaréis a la puerta diciendo: “señor, ábrenos” y él os replicará: “No sé quiénes sois”. Entonces comenzaréis a decir: “”Hemos comido y bebido contigo y tú has enseñado en nuestras plazas”. Pero el os replicará: “No sé quiénes sois, alejaos de mi malvados”. Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios y vosotros os veáis echados fuera. Y vendrán de Oriente y Occidente, del Norte y del Sur y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.  Mirad: hay últimos que serán primeros y primeros que serán últimos”.


DIÁLOGO

Natalia.-   “Señor, ¿Serán pocos los que se salven?”. Camino de Jerusalén, uno le hizo esta pregunta a Jesús en una de las aldeas. ¿Cuántas veces nos habremos hecho esta pregunta nosotros? La palabra de Dios de este domingo, nos acerca al misterio de la Salvación.


Jorge.-  ¡Pero si Dios es muy bueno! Por muy malos que seamos en la vida, seguro que Él luego nos perdona todas nuestras salvajadas y nos salva.   Y ¡Hala…..Todo el mundo al cielo!


Pablo.-   ¡No te enteras de nada!  El fondo del mensaje que Jesús nos enseñó, fue precisamente el de: “Cómo poder salvarnos y vivir eternamente con Él, en al amor”.   Dios nos hizo libres para elegir, pero nos avisa que al final habrá un juicio para medir nuestro amor y nuestro egoísmo.

Lucía.-  Es como el carné de conducir por puntos: Al principio tienes todos, es decir, Dios te crea y te ama para que vivas junto a Él.  A lo largo de la vida, tú decides el seguir a su lado o no. Puedes perder los puntos, a medida que te alejas de su presencia. ¡El mal es la ausencia de Dios!


Natalia.-  Jesús les dijo: “Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán”.  Jesús sabe que esta vida no es fácil: La codicia, el egoísmo, la pereza, nos acechan muy de cerca.  Jesús nos brinda la esperanza: ¡Tenemos que dar fruto!

Jorge.-  Por la puerta estrecha no cabe lo amontonado en la vida. Así que no vivas angustiado en acumular trastos inútiles, ni te esclavices de grandes tesoros, y no seas tan miserable que no gastes ni bromas, por tal de no compartir: ¡Puedes quedarte fuera!


Pablo.-  ¡No es cuestión de ir al gimnasio o de montar en bicicleta para entrar por la puerta!: Ponte a disposición de Dios cada día, habla con Él, comienza por crear un buen ambiente en tu familia, encuentra un momento para el diálogo.  ¡Dios te guiará en tus palabras!


Lucía.-  No dejes que la sociedad te empuje fuera de Dios. No seas cobarde y defiende la vida: Cuando todo te de igual, ya te has quedado sin puntos, del carné de Dios. ¡Te han vencido!


Natalia.-  No seas triste, y busca la felicidad en la entrega a los demás. ¡Eso no engorda, y podrás pasar por la puerta!


Jorge.-  Dios es amor, y sabe perdonar, pero haz una prueba. “Toma una tabla de madera y puntas: Cada vez que hagas el mal a alguien, o insultes, o seas violento, o le des la espalda al que lo necesita, clava una punta en la tabla.


Pablo.-  Y cada vez que hagas el bien a alguien, o siembres la paz, o luches por las injusticias, quita una de las puntas que tengas clavada en la tabla.


Lucía.-  Al final de la semana, si has desclavado todas las puntas de la tabla: ¡Enhorabuena, lo conseguiste! Pero, fíjate en la tabla, probablemente quede rastro de agujeros de las puntas que clavaste. ¡Cuidado, hacer el mal deja huella, aunque exista el perdón! ¡Sólo ama y tendrás a Dios!