Monición de entrada. NATIVIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA. DOMINGO 12º DEL T.O. Ciclo “B” Lc. 1, 57-66.80

A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaron. A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre. La madre intervino diciendo: “¡No! Se va a llamar Juan”. Le replicaron: “Ninguno de tus parientes se llama así”. Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: “Juan es su nombre”. Todos se quedaron extrañados. Inmediatamente se le soltó la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios. Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo: “¿Qué va a ser este niño?”. Porque la mano de Dios estaba con él. El niño iba creciendo, y su carácter se afianzaba; vivió en el desierto hasta que se presentó a Israel. 
DIÁLOGO 

Ana.- Cada Veinticuatro de Junio, la Iglesia celebra la Natividad de San Juan Bautista. Hijo de Zacarías y de Isabel, la prima de La Virgen María. 

Juan.- La Iglesia, al celebrar su nacimiento, reconoce lo importante que fue San Juan en la vida de Jesús. ¡Solo celebra tres! ¿Os sabéis los otros dos nacimientos? 

Lina.- ¡Pues claro que sí! Uno es el de la Virgen María, que lo celebramos el Ocho de Septiembre. Y por supuesto: El de Jesús, el Veinticinco de Diciembre. 

Esperanza.- ¡Te acuerdas! Cuando María estaba embarazada de Jesús, visitó a su prima Isabel que estaba encinta: “Y San Juan, saltó de gozo en el vientre de su madre”. 

Ana.- Jesús dijo de él, que era “El mayor nacido de mujer, y sin embargo, el más pequeño del reino de los cielos, fue más afortunado que él”. 

Juan.- Después de vivir en el desierto, Juan comenzó a denunciar los escándalos de la corte y de los ricos del lugar, y animaba a cambiar bautizándolos en el río Jordán. 

Lina.- Y les dijo a sus discípulos: “Yo os bautizo con agua, pero viene el que puede más que yo….Él os Bautizará con Espíritu Santo”. 

Esperanza.- ¡Que misión tan maravillosa la de Juan: “Preparar el camino al Señor”, anunciar su llegada! Y cuando Jesús se presentó, él desapareció poco a poco 

Ana.- ¡Ya entiendo! Quiso eliminar cualquier tipo de dudas, cuando dijo: “Es menester que yo disminuya…..”. ¡Juan no era la luz, sino testigo de la luz! 

Juan.- Murió de forma terrible: “Decapitado por orden del cobarde Herodes”, para complacer a Salomé, por consejo de su envidiosa madre, Herodías. 

Lina.- Juan murió siendo fiel a la Verdad, fiel a su Misión, y de una forma silenciosa y humilde, trabajó para que llegara el Reino de Dios. 

Esperanza.- En cada parroquia hay un Juan, o una Lina, o una Esperanza, o Carmen, o María, o Lola, o Sole, o Ana, o Isabel, o Gabi, o Antonio, o Alfonso, o Carlos, o Triana, o Irene, o Lucía, u otras muchas personas que son fieles a la Verdad, capaces de amar y entregar, al menos, un trozo de su vida por Jesús.