CURSO BÍBLICO
Cuaderno III
DE NUESTRA EXPERIENCIA COTIDIANA
Estamos viendo cómo en todos los pueblos hay hombres muy interesados en recoger todos los datos de la historia del pueblo y van escribiendo las costumbres, las leyendas, los cuentos, los detalles de la vida de los antepasados, conservando los edificios emblemáticos, recuperando los instrumentos de trabajo...
Comentemos un poco esta experiencia:
- Cuenta qué conoces tú de todo esto.
- ¿Qué importancia le das a que se conserven todas estas cosas?
- ¿Crees que todo esto incide en algo en la forma de ser de las personas?
- Hay gente que le gusta hacer el árbol genealógico de su familia: ¿cómo ves tú esa afición?
- ¿Te ha interesado a ti enterarte de la historia de tu familia?
CÓMO NACE LA BIBLIA
En medio de este intercambio cultural un hombre se pregunta por su existencia y por la de todo lo que le rodea, sobre todo por la de sus antepasados: su pueblo; y comienza a recabar datos y a escribir de todo aquello que se va enterando, de lo que unos y otros le cuentan.
Pero no es él solo, hay mucha gente que hace lo mismo y se van cogiendo datos de un lado y de otro; se va viendo todo lo que se dice por unos y por otros. Al final, cada uno de los que van escribiendo dan también su conclusión y su respuesta.
No hemos de olvidar una cosa: todo lo que los autores van recogiendo es lo que la gente dice, o sea: que lo primero que existe es una tradición hablada de padres y abuelos que hablan a sus nietos e hijos y estos van haciendo lo mismo durante miles de años, contándose historias de unos a otros.
¿QUÉ ES Y CÓMO ES LA BIBLIA?
Para que vayamos haciéndonos una idea: la palabra BIBLIA significa “Libros”, por tanto no es un libro, sino una biblioteca con 73 libros.
Esta biblioteca tiene como dos estanterías y a cada una de estas estanterías se le da el nombre de Testamento.
¿Por qué llamamos a esas dos estanterías “Testamentos”?
Quizás nos pueda servir la experiencia que tenemos: una persona antes de morir, con el fin de que todo quede perfectamente claro y arreglado y no haya posibilidad de tergiversar las cosas, hace su testamento, diciendo lo que quiere que se haga con sus bienes, es decir, deja por escrito su voluntad.
En la biblia no se trata de una persona cualquiera que deja su testamento, sino de Dios, que metido en la historia de los hombres, desde que le dejó su imagen y semejanza, quiso que quedara clara su voluntad salvadora para la humanidad y movió a que unos hombres fueran recogiendo las experiencias de su presencia en la historia.
Y se llenaron esas dos estanterías, una llamada ANTIGUO TESTAMENTO, que recoge todo lo que se escribió antes de la venida de Cristo y reúne 46 libros:
- 21 libros que recogen la historia del pueblo de Israel.
- 7 libros que recogen todas las ideas del tiempo que enriquecen al pueblo y que debe aprender y enseñar a sus hijos, se llaman libros doctrinales.
- 18 libros que recogen todo la predicación y vida de los profetas que pasaron animando, corrigiendo y llamando al orden al pueblo cuando se desviaba.
La otra estantería, llamada NUEVO TESTAMENTO, recoge todo lo que se escribió a partir de la venida de Cristo en 27 libros distribuidos de la misma forma:
- 5 libros históricos, que son los evangelios y el libro de los hechos de los apóstoles.
- 21 libros doctrinales que son las cartas que los apóstoles escriben a personas concretas y a las comunidades que van fundando indicándoles cómo se tienen que dirigir.
- 1 libro profético, que es el Apocalipsis de S. Juan.
Puede ser un momento muy bueno para que cojamos la Biblia y veamos sobre la realidad cómo están divididos todos esos libros.
CÓMO SE UNEN LOS LIBROS DE LA BIBLIA
Hay mucha gente que coge la Biblia y empieza a leerla como quien coge la novela de moda; a los pocos capítulos se da cuenta que aquello no hay por dónde seguirlo y se siente completamente perdido, como el que se mete en una selva sin conocer caminos ni normas de supervivencia en ella.
Te das cuenta que en la biblia se habla de todo, se dicen cosas rarísimas que no nos cuadran y, sobre todo, nos da la sensación de que aquello no tiene orden ni concierto.
Pero la cosa no es así: los 73 libros de la biblia tienen como un eje en torno al que gira todo: JESUCRISTO.
Para que nos hagamos una idea: todos hemos visto las pistas de los caballicos de nuestras ferias: en la pista hay aviones, barcos, bicicletas, caballos, peces... infinidad de cosas, pero en el centro hay un eje en torno al que gira toda la pista.
En las fiestas de los pueblos latinoamericanos es muy común uno de los números que se realizan: en un palo plantado en medio de la plaza se le clavan en lo alto un número determinado de cintas de colores que son cogidas por una persona y empieza un baile alrededor del palo, y a través de una serie de movimientos van trenzando con las cintas unos dibujos que dejan el palo bellísimamente tejido.
Pues de la misma manera, la Biblia tiene un eje en torno al que va girando toda la historia. Cada uno de esos libros nos van hablando de Jesucristo. Unos lo hacen de una forma y otros de otra: los del Antiguo Testamento lo hacen hablando en futuro como una esperanza que va a llegar y los del Nuevo Testamento lo hacen como una esperanza cumplida que nos ha dejado un camino y que nos abre a una esperanza definitiva que es su vuelta para la transformación total del universo.
Dialoguemos un poco
- ¿Tienes biblia? ¿La lees algún momento?
- ¿Cuándo? ¿Por qué? ¿Cómo?
- ¿Qué dificultades encuentras en su lectura?
- ¿Te has detenido a estudiar algo de la biblia?
- ¿Te ha ayudado alguien a comprenderla?
- ¿Sabes manejarla?
Ejercicio: Aprendamos a manejar la Biblia
Quizá sea bueno que antes de avanzar más adelante aprendamos a utilizarla. Si alguien no sabe hacerlo se puede dejar enseñar por el que ya sabe. De todas maneras dejamos unas pistas para poder aprenderlo.
Para que puedas ubicarte: la lista de los libros de la Biblia la tienes en el índice con todos ellos ordenados.
Normalmente te los encontrarás citados abreviadamente, con el nombre del libro en forma abreviada: Juan = Jn, Mateo = Mt. o Éxodo = Ex., por ejemplo. Por lo tanto, sería bueno aprenderse la abreviatura de cada libro.
Cada libro está dividido en capítulos y cada capítulo en versículos de tal forma que, cuando leemos una frase y queremos indicar de dónde la hemos copiado, indicamos el nombre del libro: Mt. (Mateo), después el capítulo (5), y a continuación el versículo (10). De esa forma nos encontraremos citado de esta manera: Mt. 5, 10.
Si la frase es más larga y coge varios versículos, entonces ponemos el primer versículo donde empieza (10) y un guión que indica hasta donde llega la lectura: (10- 14).
Hagamos ahora algunos ejercicios: busca en la Biblia estas citas: Is. 66,1-2 ; Jn. 5,39; IPed. 3,15-16: Rm. 8,14; Jn. 10, 34-35; Rm. 15,4.
LOS AUTORES DEL COMIENZO DE LA BIBLIA
¿Quién escribió la Biblia? ¿Fue un solo autor? ¿Cuántos?
No, la biblia no la escribió un solo autor, ni unos cuantos que se sentaron a escribir y se repartieron los capítulos, como quien escribe un libro; ni tampoco se hizo en unos cuantos ratos libres...
Hacia el año 970 antes de Cristo, un autor desconocido, que se le suele llamar “YAVISTA”, por el nombre propio que le da a Dios, YAHVÉ, recogió muchas tradiciones antiguas cuya edad se desconoce, muchas de ellas tienen miles de años; el autor fue recogiendo y copiando los libros más antiguos que encontró y todo lo que se hablaba de su pueblo.
Compuso de esta manera una historia del Pueblo de Dios, comenzando desde el mismo paraíso, y lo hace de una forma y con unas imágenes para que la gente lo pueda entender.
Él habla de Dios como si se tratara de un hombre cualquiera, poniéndolo en situaciones tan humanas como es la de pasearse en el jardín del “Edén”, o entreteniéndose en hacer un muñeco de barro y después que lo tiene hecho, como quien hace una travesura, le da la vida; también lo presenta sintiéndose muy feliz al oler las flores y las grasas de los animales que se queman (Gn. 3,8)
Después, al siglo siguiente, otro autor, que se lo llama “ELOISTA” escribió otra historia del pueblo de Dios. Luego más tarde, estos dos relatos de la historia del pueblo se cogieron y se unieron en uno solo, por eso podemos ver que en la biblia nos encontramos cosas repetidas: dos narraciones de la creación del hombre, dos descripciones del jardín, dos explicaciones del pecado original...
Años más tarde, en el siglo sexto antes de Cristo, cuando el pueblo de Dios estaba en el desierto, los sacerdotes cogieron ese relato unificado y de los mismos hechos que allí se narran, ellos sacaron algunas enseñanzas más, que unieron también al relato para que sirvieran al pueblo.
Estos últimos fueron los que añadieron el relato de la creación, que se puso al principio del libro, con el fin de dar un cierto orden aunque de hecho, el relato se escribió muchos años después que el resto del libro.
¿EN QUÉ LENGUA SE ESCRIBIÓ LA BIBLIA?
Por supuesto, tengamos bien presente: ningún libro de la Biblia se escribió en castellano, ni en inglés, ni en francés ni en ninguno de nuestros idiomas cercanos que conocemos.
Muchos libros del Antiguo Testamento fueron escritos en Hebreo, otros en Arameo, que era la lengua materna de Jesús y todos los del Nuevo testamento y algunos del Antiguo, fueron escritos en griego.
No podemos olvidar que cada lengua pertenece a una cultura y, por tanto, tiene una forma de ver, de entender, de expresar lo que vive y lo que siente. Por lo tanto, para que nosotros podamos entender lo que la biblia quiere decir y dice, hemos de ponernos en la situación en la que se dijo o se escribió. Por eso, no podemos leerla al pie de la letra, pues no nos enteraríamos de lo que realmente se quiere decir.
CADA HOMBRE TIENE SUS FORMAS DE EXPRESARSE
En la biblia es la “humanidad entera la que se expresa” y, lógicamente, como usted mismo puede observar con su experiencia, cada hombre, cada pueblo y cada época tiene sus formas de expresarse. Así, usted puede constatar cómo se expresan ante un mismo hecho un joven pasota de nuestro tiempo, un hombre de edad madura y un policía: pongamos un ejemplo de alguien que se pone al volante borracho y tiene un accidente en la carretera:
Descripción del hecho:
- Joven pasota: “¡Ostras tío!, el gachón iba mamao; se ha pegao un ostión de la leche y se ha hecho papillas!”.
- Persona adulta: “¡Qué imprudencia coger el coche en esas condiciones y destruir dos familias de esa manera!”.
- Policía que hace el atestado: “en el km.20 de la A-4 a las 15 h. del día... colisionaron dos vehículos marca... a causa de la embriaguez del conductor del vehículo matrícula...”.
Es el mismo hecho narrado de tres formas distintas, con tres visiones distintas y con tres lenguajes completamente diferentes.
La misma cosa ocurrirá si es que se trata de otras culturas: no lo hará lo mismo un Shuar, un Cofán, un Tsachila... o cualquier otro indígena de la sierra, un mestizo o un costeño. Verá que lo hacen de distinta manera, utilizando cada uno diferentes símbolos y giros. Sin embargo, el fondo sigue siempre el mismo.
Pues la biblia está escrita así: tiene un lenguaje, unas formas literarias, y una sicología propia de una determinada región del mundo, con una gente concreta, que tiene una historia y unas formas de ver la vida y el mundo concretas y que, sin lugar a duda, difieren completamente de las nuestras.
Por eso, antes de que nos pongamos a leer la biblia conviene tener una idea de todas estas cosas porque si no, cuando usted la abre, y empieza a leer, se puede equivocar al creer que lo que allí se dice responde exactamente a lo que nosotros entendemos hoy, y no es así. Hay que entender y leer justo lo que se dijo y no otra cosa, por eso no puede usted aplicar los mismos esquemas que nosotros aplicamos hoy a lo que hacemos o escribimos.
Si usted lo hace así, me temo que al final llegará a concluir con auténticos disparates que jamás se quisieron decir an la Biblia, como de hecho ocurre hoy a mucha gente que estamos viendo cómo juega con la biblia y confunde a muchos haciendo ganancias millonarias a base de esa confusión..
Además, probablemente encuentre cosas que superen su misma forma de pensar y no llegue nunca a comprender ni a estar de acuerdo, pues la biblia no es un libro escrito por un escritor que se le ocurrieron unas ideas, sino que es la visión que ha tenido la humanidad de la presencia de Dios en su historia, por eso es fácil que no coincidan sus esquemas con los de Dios.
No siempre la cabeza y el corazón andan juntos y con frecuencia vemos clara una cosa con la cabeza, pero con el corazón estamos sintiendo lo contrario y, por lo tanto, no la aceptamos.
Digo esto porque tenemos el peligro de querer acomodar nuestras categorías humanas a Dios y queremos que Él entre por nuestro aro, pero vemos que eso no puede ser, y no llegamos a entender jamás el cómo ni el por qué permite Dios tal o cual cosa, pues según nuestra forma de ver y pensar, eso es un disparate que de estar en nuestras manos, jamás hubiéramos permitido.
Pero los planes de Dios no son los nuestros, ni sus categorías son las nuestras. Por tanto, escuche a Dios y deje que sea Él quien conduzca el caminar de la historia y no intente obligar a Dios a que se acomode a sus intereses ni a su forma de pensar y menos aún enmendarle la plana.
No intente decir jamás cómo debería Dios haber hecho las cosas. No llegará jamás a ningún sitio. Además, piense: con frecuencia no somos capaces de arreglar nuestra propia vida y queremos enseñar a Dios cómo tiene que hacer El las cosas.
DIOS ME AMA
Podemos terminar con este soneto de Lope de Vega a modo de preciosa oración.
¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío,
pasas las noches del invierno frías?
¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío,
si de mi ingratitud el hielo frío
secó las llagas de tus plantas puras!
¡Cuántas veces el ángel me decía:
“Alma, asómate ahora a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía”!
¡Y cuántas, hermosura soberana:
“mañana le abriremos”, respondía,
para lo mismo responder mañana!
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre
por los siglos de los siglos AMEN
Temas para el estudio y reflexión comunitaria de la Sagrada Escritura en asambleas familiares.