Monición de entrada. Domingo 2º de Adviento, CICLO C, Lc. 3, 1-6




PREDICACIÓN DE JUAN EL BAUTISTA
DOMINGO 2º DE ADVIENTO. CICLO C Lc. 3, 1-6 (06-12-2009)

En el año quince del reinado del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes virrey de Galilea, y su hermano Felipe virrey de Iturea y Traconítide, y Luisiano virrey de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la Palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías: “Una voz grita en el desierto: Preparad el camino al Señor, allanad sus senderos; elévense los valles, desciendan los montes y colinas: que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale: Y todos verán la salvación de Dios”.

DIÁLOGO
Triana.- En el segundo domingo de Adviento el Evangelio nos habla de la Predicación de Juan el Bautista por la comarca del rio Jordán. Predicaba la conversión de nuestro corazón y el perdón de los pecados.

Fernando.- ¡Yo tengo una idea! Si Jesús va a venir pronto, deberemos de prepararle un camino sin obstáculos, para que llegue fácilmente a nuestro corazón.

Ana.- ¡Buenas noches! ¡Ya estáis pensando en ponernos a trabajar! ¡Con lo agustito que estaba yo tumbada viendo la tele!

Irene.- ¡Venga menea ese culete! ¡Que se te va a poner cara de maceta! Hay muchas cosas que apartar del camino. Y lo tenemos que hacer todos juntos de la mano.

Triana.- Para que Jesús se pueda acercar antes a ti, también puedes tú dar unos pasos hacia adelante.

Fernando.- ¡Me parece buena idea! Vamos a preparar las mochilas para hacer un trayecto andando hacia Jesús.

Ana.- Yo ya la tengo preparada. Para que veáis que no soy tan perezoso. ¡mirad todo lo que he traído!

Irene.- ¡Vaya tela marinera! ¡Si la tienes llena de tonterías! De los 15 bocadillos te sobran 14, que son de los niños que pasan hambre. La bolsa del egoísmo y la violencia la tiras en el hoyo mas profundo. La caja de la envidia la haces una bola y la lanzas bien lejos ¡Ahora, sí tiene sitio para las cosas útiles!

Triana.- A veces llenamos nuestra de vida de cosas sin valor, pero que pesan demasiado para poder crecer como personas.

Fernando.- ¡Bueno! Parece que ya tienes sitio en la mochila de tu corazón. Vamos a llenarla de cosas para preparar el Camino al Señor.

Ana.- ¡Que maravilla! La he llenado de alegría, de amor, de esperanza, de trabajo para los demás, de paz.  ¡Y no pesa nada! ¡Voy bien ligera!

Irene.- Las cosas malas son losas muy pesadas: las malas ideas, las mentiras, te ocupan mucho en tu corazón. Juan nos pide que cambiemos para poder ser felices de la mano de Jesús. Te invita a que pruebes a hacer el Camino del Señor. ¡Juntos será más fácil!