En el verano de 1989 yo tarareaba a gritos esta canción de Phil Collins que llegó a ser número uno en las listas de todo el mundo. Con los años aprendí un poquito más de inglés y me di cuenta de que había berreado entusiasmado con una canción cuya letra es nada menos que una lectura actualizada del pasaje del Evangelio de Mateo 25,31-46.
Creo que antes de que la pornográfica escenificación de la navidad consumista que se nos viene encima nos haga perder el norte, debemos recordar a los amados del Señor y a sus palabras «Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis».
Os dejo el vídeo, que es magnífico y justo debajo una traducción mía de la letra. Espero que, como a mí, os hagan reflexionar un rato. Si no lo veis justo debajo de este párrafo, clicad sobre el título de la entrada.
Ella llamó al hombre en la calle
"Señor, ¿puede ayudarme?:
hace frío y no tengo lugar donde dormir
¿puede recomendarme algún sitio?"
Él siguió caminando, no miró atrás,
hacía como que no la oía,
comenzó a silbar mientras cruzaba la calle,
parecía avergonzado de estar allí.
Piénsalo dos veces, es otro día para
ti y para mi en el paraíso.
Piénsalo dos veces, es otro día para ti,
para ti y para mi en el paraíso.
Ella llamó al hombre en la calle,
él puede ver que estuvo llorando,
que tiene ampollas en las plantas de sus pies,
que no puede caminar, pero lo está intentando.
Piénsalo dos veces, es otro día para
ti y para mi en el paraíso.
Piénsalo dos veces, es otro día para ti,
para ti y para mi en el paraíso.
¡Oh señor! ¿No hay nada más que alguien pueda hacer?
¡Oh señor! Debe haber algo que puedas decir.
Puedes decirlo por los rasgos de su cara,
puedes ver que ella estuvo allí,
probablemente la han echado de todos lados,
porque no encajaba.
Piénsalo dos veces, es otro día para
ti y para mi en el paraíso.
Piénsalo dos veces, es otro día para ti,
para ti y para mi en el paraíso.
Sólo piensa en ello.
Ella llamó al hombre en la calle
"Señor, ¿puede ayudarme?:
hace frío y no tengo lugar donde dormir
¿puede recomendarme algún sitio?"
Él siguió caminando, no miró atrás,
hacía como que no la oía,
comenzó a silbar mientras cruzaba la calle,
parecía avergonzado de estar allí.
Piénsalo dos veces, es otro día para
ti y para mi en el paraíso.
Piénsalo dos veces, es otro día para ti,
para ti y para mi en el paraíso.
Ella llamó al hombre en la calle,
él puede ver que estuvo llorando,
que tiene ampollas en las plantas de sus pies,
que no puede caminar, pero lo está intentando.
Piénsalo dos veces, es otro día para
ti y para mi en el paraíso.
Piénsalo dos veces, es otro día para ti,
para ti y para mi en el paraíso.
¡Oh señor! ¿No hay nada más que alguien pueda hacer?
¡Oh señor! Debe haber algo que puedas decir.
Puedes decirlo por los rasgos de su cara,
puedes ver que ella estuvo allí,
probablemente la han echado de todos lados,
porque no encajaba.
Piénsalo dos veces, es otro día para
ti y para mi en el paraíso.
Piénsalo dos veces, es otro día para ti,
para ti y para mi en el paraíso.
Sólo piensa en ello.