FELIZ NAVIDAD, GENTE DE BIEN, por Melitón Bruque García


Gracias,
os estoy muy agradecido
por toda la preocupación que tenéis,
y los deseos que albergáis de que se arregle todo,
por tener tan claras las cosas, sí, porque
cuando yo tenía hambre
ustedes fundaron un club con fines humanitarios
y comenzaron a hacer proyectos
y todo estaba perfectamente estudiado
y allí se discutía de las causas del hambre en el mundo
y se daban muchas estadísticas
y hasta se hicieron conferencias contra el hambre...
¡Muchas gracias, ustedes son formidables!

Cuando yo estaba enfermo, mi situación les sirvió
para darse cuenta del gran bien que es la salud
y se fueron a la iglesia para dar gracias al Señor
por el gran don de la vida
y por la salud que podían disfrutar.
Pero yo seguía solo, abandonado y sin esperanza,
sin poder ir al hospital,
sin poder comprar las medicinas que necesito,
deseando que alguien me mostrara su cariño
que alguien me dijera que era grande e importante
todo lo que he hecho en mi vida...
Pero ustedes tienen un gran corazón,
le rezaron a Dios por mi salud.
¡¡Muchas gracias!!

Cuando me metieron en la cárcel
porque di la cara por un vecino a quien le quitaban la casa
y como no pudimos pagar,
vinieron a por mi, y allí fui tratado como un delicuente común,
y sé que todos los días ustedes piden a Dios
en la Eucaristía para que se conviertan
los que están en la cárcel y se incorporen a la vida,
pero para eso necesitamos un trabajo,
necesitamos que se nos reconozca como personas,
que se nos dé una oportunidad
para demostrar lo que llevamos dentro.
Les estoy muy agradecido
por el buen corazón que tienen,
por la buena voluntad que demuestran.

Estoy desnudo, sin zapatos y me muero de frío,
pero veo que ustedes están preocupados, pues
se han puesto a examinar en profundidad
las consecuencias a donde puede llevar
el enfriamiento de los huesos,
degenerando en grandes artrosis.
Además veo que están muy preocupados
por la moralidad de los más pequeños,
que no es correcto que se escandalicen
al ver la desnudez humana.
Veo que son una gente muy limpia y piadosa,
eso está muy bien y todos deben tener su baño
limpio y digno con el agua suficiente,
pero estamos muchos sin tener dónde lavarnos
ni dónde beber y nadie nos echa una mano.

He perdido el piso que me compré cuando me casé,
pues nos hemos quedado mi mujer y yo sin trabajo,
el banco nos lo ha quitado,
somos jóvenes, nos encontramos sin trabajo
y cuando pedimos que nos echen una mano
nos dicen que debía darnos vergüenza
mendigar tan jóvenes.
Pero me consuela ver que ustedes predican
que Dios cuida hasta de los gorriones
y ya veo que también están preocupados,
pues se sienten aliviados viendo cómo el gobierno
va a dar dinero a los bancos
para que se reflote la economía.

No, ¡de verdad!,
creo que son unas excelentes personas,
que tienen un corazón sensible a todo lo que produce el dolor
y los veo cómo estos días, cercanos a la navidad,
ponen una ternura enorme preparando el pesebre,
acordándose de Jesús y del cinismo de Belén,
pero yo sigo teniendo hambre
y no sé cómo me las arreglaré para comer mañana,
me siento solo, abandonado, enfermo...
Me duelen todos los huesos de mi cuerpo,
he perdido toda la ilusión y la esperanza
y no sé cómo voy a salir de este hueco.
Estoy metido en la cárcel por la letra que firmé
por mi amigo y no tengo dinero
para pagar un abogado que me defienda
o alguien que me ayude a pagar.
El frío hiela cada noche mis huesos
y no encuentro una cama dónde poder descansar
como cualquier ser humano.

¡¡Feliz navidad!! Gente de bien.