Diálogos desde el Evangelio. Domingo 3º del T.O. Ciclo C

LUCAS 1,1-4; 4,14-21


N: Amigo Jesús: Ya te veo en plena, faena impulsado por el Espíritu Santo, recorriendo Galilea y anunciando el Reino de Dios.

+Jesús: Pues sí, mi querido amigo. Empecé con mucha ilusión porque veía que la gente estaba desorientada, como ovejas sin pastor.

N: Yo creo, además, que estaban deseosos de escucharte y lo hacían con alegría, como se desprende de la alabanza y la buena fama que te dieron en toda la comarca.

+Jesús: Yo también gozaba en las sinagogas al ver los ojos de la gente, por los que se asomaba el ardiente deseo de conocer el mensaje del Dios, que nos quiere y nos salva.

N: Maestro: y de nuevo en tu pueblo.

+Jesús: Sí, en mi pueblo, donde viví durante casi treinta años y del que llevo en el corazón recuerdos y vivencias entrañables. En mi pueblo, con mi familia, con mis amigos, con mi gente, con todos…Se me agranda la boca cuando digo Nazaret. Pero vamos a lo importante.

N: ¿Y qué es lo importante?

+ Jesús: Mi intervención en la sinagoga. Fue el Espíritu quien me levantó del asiento, puso en mis manos el pergamino desenrollado y lo leí muy emocionado: eran estas palabras del profeta Isaías: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor».

N: Amigo Jesús: A mí también me emocionan estas palabras, el ver que traes no un mensaje de condenación, sino de salvación. Nada más grato que tener iluminados los ojos del corazón, gozar de una auténtica libertad, vivir en una sociedad más justa, sin tantos marginados, privados de los más elementales derechos como seres humanos e hijos de Dios.
Finalmente, permíteme que te pregunte: ¿Por qué los pobres, los ciegos, los oprimidos, los cautivos? ¿Y los demás?

Jesús: Nuestro Padre Dios me envía para que todos se salven. Mi misión salvadora no excluye a nadie. Lo que pasa es que, como en una familia, los primeros son los más necesitados. De ahí mi opción preferencial por los pobres.

N: Ahora comprendo. Gracias y hasta la semana que viene.