LAS BODAS DE CANÁ
Había una Boda en Caná de Galilea y la madre de Jesús estaba allí; Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. Faltó vino y la madre de Jesús le dijo: “No les queda vino”. Jesús le contestó: “Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora”. Su madre dijo a los sirvientes: “Haced lo que él diga”. Había allí colocadas seis tinajas de piedra para las purificaciones de los judíos, de unos 100 litros cada una. Jesús les dijo: “Llenad las tinajas de agua”. Y las llenaron hasta arriba. Entonces les mandó: “Sacad ahora, y llevádselas al mayordomo”. Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de donde venía (Los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua) y entonces llamó al novio y le dijo: “Todo el mundo pone primero el vino bueno y cuando ya están bebidos el peor; tú en cambio has guardado el vino bueno hasta ahora”. Así, en Caná de galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria y creció la fe de sus discípulos en él. Después bajó a Cafarnaún con su madre y sus hermanos y sus discípulos, pero no se quedaron allí muchas días.
DIÁLOGO
Triana.- Después del tiempo de Navidad comienza el tiempo llamado Ordinario. Hoy el evangelio nos recuerda el milagro que Jesús realizó en las Bodas de Caná.
Fernando.- Fue su primer milagro. En Caná de Galilea comenzó a manifestar sus signos, ¡nos empezó a mostrar su Reino!
Ana- Fue en una boda. Fue en el comienzo de una nueva familia cuando Jesús regaló su primera bendición como Hijo de Dios.
Irene.- ¡Comenzó a asomar la ternura de la que está llena su Reino! Faltó vino a la fiesta. y, en lugar de esconderse, dio un paso hacia adelante para resolver el problema.
Triana.- ¡Jesús, sabes que te quiero! Quiero que seas el primer invitado en cada momento de mi vida. Quiero amar como tú.
Fernando.- Fue su madre, la Virgen María, quien le contó a Jesús que se habían quedado sin vino en la boda.
Ana.- ¡Mi abuelita dice que la Virgen María es la mejor intercesora nuestra ante Jesús! Le habla de nosotros para que nos ayude en nuestro día a día.
Irene.- Jesús convirtió esos 600 litros de agua en vino ¡y la fiesta se llenó de alegría!
Triana.- ¡Jesús! “Convertir”, eso es lo que quiero que hagas con mi vida apagada, para convertirla en una vida llena de entrega y alegría.
Fernando.- Su reino es un reino de conversión: de lo malo a lo bueno, de lo vulgar a lo extraordinario.
Ana.- Menuda revolución trajo Jesús: puso al mundo “patas arriba”. Hoy también te invita a que no te conformes ¡ Su reino no es un reino de mirones! Jesús te invita a que le sigas en su aventura de amar por encima de todo.
Irene.- ¡Prepárate! Hoy Jesús empieza a llenarte el corazón de paz y esperanza ¿Qué puedes tú ofrecer a los demás? ¡Escuchad lo que dijo María!: “HACED LO QUE ÉL DIGA”.