DIÁLOGO
Jorge.- En el Evangelio de hoy, Jesús conversa con el Padre Creador y con sus discípulos, y como siempre su mensaje nos llega hasta a nosotros mismos: A ti y a mí.
Agustín.- Da gracias al Padre, por mostrar su Reino a los más sencillos, a los más humildes, a los que buscan el verdadero amor, a los que comparten su vida con los demás.
Pablo.- ¡Claro! Los que se creen que todo lo saben, que todo lo tienen, los que juegan a ser dioses haciendo leyes para manipular la vida, o dictan leyes de muerte, como “El Aborto”, nunca escucharan su mensaje.
Lucía.- A los abrumados por la salud, a los agobiados por las cosas terrenales, Jesús les abre la más maravillosa puerta a la esperanza: “El consuelo de sentirlo y tenerlo a nuestro lado”
Jorge.- Dios, entregó a Jesús todo el misterio de la salvación, y Jesús nos lo mostró y enseñó con su propio ejemplo, con su propia vida. ¡No con falsas teorías, sino con su verdadera entrega!
Agustín.- “Manso y humilde”. Así es el corazón de Jesús. ¡Pero no te equivoques!: Manso no significa que digas SI a todo, que aceptes todo lo que la moda te imponga.
Pablo.- Manso, no es el que está callado ante las injusticias, sino el que busca resolverlas con un corazón limpio, con astucia, pero alejado de la violencia y del odio.
Lucía.- Si vives con violencia, sembrarás violencia. Si vives en paz, llevarás siempre a Dios en tu corazón, y en ti descubrirán el mensaje de Jesús: ¡Serás sembrador de su reino!
Jorge.- ¿Cómo tratas a tus padres y hermanos? ¿Los respetas, o eres de los que lo saben todo? ¿Siembras la paz en tu casa o te dedicas a pedir todo a gritos?
Agustín.- Llevar a Jesús en el corazón, te aliviará de los problemas que la vida presenta: Te alejará de la droga, sabrás decir NO al alcohol, no buscarás compañías extrañas y peligrosas por Internet.
Pablo.- Además, no te engancharás a la soledad de la consola, a los juegos violentos: ¡Hay mucho por hacer, en los grupos de tu parroquia! O con actividades deportivas o de teatro. Al lado de Jesús conocerás a gente maravillosa.
Lucía.- En esa carga ligera que te ofrece Jesús, encontrarás un sentido a la vida, un por qué la vida es tan bella. Encontrarás el amor de tus padres, serás el consuelo de los más necesitados, y un verdadero apoyo para tus amigos. ¡En Jesús encontrarás la felicidad!