DIÁLOGO
Agustín.- La fe y la oración, son dos pilares importantes para la vida de un cristiano. “¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?”. Con esas palabras, Jesús hizo reflexionar a Pedro.
Lucía.- Y a nosotros también. ¿Cuántas veces, ante los problemas de la vida, nos sentimos desesperados, solos y perdidos? ¡Pero recuerda, a Jesús lo encontrarás en el susurro, en la tranquilidad de tu alma!
Pablo.- Jesús envió a los apóstoles al lago, entre las olas, cuando el viento era contrario, mostrándoles que la vida no es fácil, y que está llena de dificultades para vencer.
Jorge.- ¡Por eso tienes que estar preparado, para no dejarte llevar por las olas! O por las modas, por las comodidades que nos llevan al egoísmo, y a tomar decisiones equivocadas.
Agustín.- ¡Ya sabes el refrán!: “Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente”. Tienes que agarrarte a Jesús, a su Palabra, para estar bien preparado para las grandes decisiones.
Lucía.- Hay personas que piensan que pueden vivir sin Jesús, y poco a poco lo sacan de su vida: ¡Lo olvidan! Y dejan de rezar, de hablar con Él, y se alejan de la Parroquia.
Pablo.- ¿En quién se apoyarán ante los grandes problemas? Jesús es el Amigo que nunca falla ¿Por qué dudas? ¡Cuidado! El sentirse solo es esos momentos, puede llevarte a la desesperación.
Jorge.- ¡El todo vale..!, o el esconderte en ¡La droga! o en ¡El alcohol! o ¡La violencia!, es un seguro para hundirte en lo más profundo, para tomar decisiones erróneas.
Agustín.- Jesús, a Pedro, le enseñó a enfrentarse a las dificultades con valentía. La oración, te hará fuerte de espíritu, ¡te acercará tanto a Dios, que siempre lo sentirás a tu lado, en los peores momentos de tu vida!
Lucía.- Y vivirás sin miedo, sin angustias. Te enseñará a discernir entre el bien y el mal. Los problemas vendrán, pero tú sabrás cómo resolverlos. ¡Andarás sobre las aguas de la vida!
Pablo.- ¡No huyas de las dificultades! Arrímate a los problemas de los más necesitados, de los más abandonados, de las personas sin trabajo, sin techo y sin esperanza.
Jorge.- Jesús, invitó a Pedro: “A andar por encima de los problemas”, no a esconderse de ellos. ¡Buscar la felicidad, sí!: “Pero, la de todo el mundo, no sólo la tuya”. Y fíate de Jesús.