DIÁLOGO
Lucía.- Hoy Jesús, nos muestra el Reino de Dios mediante la Parábola del Sembrador. Jesús utilizaba las parábolas para explicar de una forma sencilla, cómo sentir el abrazo del amor de Dios.
Agustín.- En las parábolas, comparaba el Reino de Dios, con costumbres de la época: Trabajos del campo, como la siembra y la recolección del fruto; o de la pesca, o del buen pastor de ovejas.
Pablo.- En la del Sembrador, Jesús nos pregunta sobre nuestro corazón: ¿Cómo de preparada tenemos nuestra alma, para recibir el Mensaje de la Palabra de Dios? Sólo un corazón bueno la entenderá.
Jorge.- Jesús nunca se anda con rodeos, y va directo al grano: ¡Quiere que te definas, no le gusta un SÍ a medias! Su Palabra es el grano de semilla, y nuestro corazón, el campo donde la semilla cae.
Lucía.- Cuando la semilla cae al lado del camino, es cuando un niño oye hablar de Jesús, y de recibir la Primera Comunión, pero sus padres tienen el corazón duro como el camino, y agobiados por las cosas materiales, y no lo lleva a Catequesis.
Agustín.- La Catequesis es la Universidad del amor ¿Por qué no los llevan? ¿No tienen tiempo? ¿No es importante crecer en un mundo solidario? Quizás nunca hayan amado como Jesús.
Pablo.- En el terreno pedregoso, la tierra es poco profunda, y de la semilla, crecen pocas raíces. Es decir, te apuntas a catequesis para hacer la Primera Comunión, pensando en los regalos y en la fiesta.
Jorge.- Pero la Primera Comunión, se convierte en la última, y no vuelves a oír hablar de Jesús: ¡Y el amor de Jesús lo conviertes en un rito, como las procesiones, o las bodas, o los entierros!
Lucía.- Si tu corazón tiene tierra buena, querrás decir un SÍ grande a Jesús, y seguirás unido a Él en la catequesis de la Confirmación, para crecer como persona de la mano de Jesús.
Agustín.- ¡Pero cuidado! Pueden crecer a tú alrededor malas hierbas, que ahoguen la palabra de Dios y te alejen de Él, como: La pereza, las riquezas, los malos amigos, las drogas, el alcohol, o la violencia con tus padres.
Pablo.- Pero, si en la tierra buena de tu corazón, Confirmas tu amor y tu valentía a Jesús, y apoyado en Él, vives una vida limpia y sincera, y darás fruto en abundancia.
Jorge.- Tu lucha por la justicia, por el apoyo a los caídos en la droga, tú consuelo a los enfermos y solitarios de la vida, tú defensa por la vida, por el trabajo digno, conseguirá que en los corazones del mundo surjan campos con buena tierra: ¡Donde nacerá el Reino de Dios!