DIÁLOGO
Lucía.- “El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo”. Jesús, con esta frase muestra a los apóstoles el verdadero camino hacia el reino de los cielos.
Jorge.- Seguían fuera de Galilea. Jesús los había apartado del resto de las gentes, para revelarles el sentido de su presencia en la tierra, y la misión que les iba a encomendar.
Pablo.- ¡Pero qué duros eran de mollera! Seguían apegados a los poderes de la tierra; y cuando les dijo Jesús que tenía que padecer, morir y resucitar para alcanzar el reino, Pedro saltó el primero.
Agustín.- ¡No lo permitas…! ¡Sí, otra vez Pedro! ¿Qué reino era ése, en el que, para mandar, había que sufrir?: “Aún no conocía que la entrega a los más pobres, era el camino del amor”
Lucía.- ¿Cuántas personas te quieren alejar de Jesús? ¿Cuántas personas te dicen que no pierdes el tiempo en la catequesis? ¿Cuántos “Pedros” te encuentras en tu vida?
Jorge.- Y te ofrecen una vida cómoda, en donde lo importante sólo eres tú: Tu belleza, tu poder, tu riqueza, tu placer, tu.., tu…, tu…….. ¡Como un teléfono que siempre está comunicando, y que nunca responde!
Pablo.- ¿Eso quiere ser tú? ¿Te vas a perder el maravilloso mundo del compartir, del sembrar la paz, de buscar la justicia, del consolar a los enfermos y ancianos?
Agustín.- La llamada que nos hace hoy Jesús, nos lleva a llenar nuestro corazón de amor, nos ayuda a encontrarle sentido a nuestra vida, nos prepara para poder estar un día abrazado a Él.
Lucía.- ¡Una vida sin compromiso, sin entrega, es una vida vacía! “Todo lo que merece la pena, cuesta sacrificio”, necesitas prepararte para ser un instrumento del consuelo y la esperanza.
Jorge.- En tu parroquia, hay proyectos solidarios de Cáritas, de Manos Unidas, de las Hermanas de la Consolación. ¡Engánchate a la vida! ¿Cuánto vas a esperar para conocer a Jesús?
Pablo.- Un cristiano es un seguidor de Cristo. ¡No tengas miedo: que la gente sepa que buscas el bien de los demás, que amas la verdad, que luchas por la libertad de las personas!
Agustín.- ¡Sí! Una persona libre de la droga, del egoísmo, del orgullo, de la ambición, de la comodidad, de la avaricia, de la lujuria, de la violencia. ¡Esa es la verdadera libertad!: --La que te ayuda a respetar la vida del que va a nacer, --y la que consuela y acerca a Dios, en la hora de la muerte.
