Jesús nació en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes. Entonces, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando: “¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir una estrella y venimos a adorarlo”. Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó y todo Jerusalén con él; convocó a los sumos sacerdotes y a los escribas del país, y les preguntó donde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: “En Belén de Judea”. Entonces Herodes llamó en secreto a los magos para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén diciéndoles: “Id y averiguar cuidadosamente qué hay del niño y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo”. Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Y habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino. (Mt. 2, 1-5.-7-12)
DIÁLOGO
Jorge.- El día seis de Enero, recordamos la Adoración de los Magos de Oriente al Niño Dios, recién nacido en Belén. En Jerusalén, preguntaron a Herodes ¡Pero no les supo responder!
Alfonso.- Herodes, preocupado en sus ambiciones, en sus egoísmos, en sus luchas por el poder, se perdió la presencia del Amor ¿Cuántos conoces que no saben el verdadero sentido de la Navidad?
Lucía.- Lo Magos, conocían las Sagradas Escrituras. Buscaban al Salvador, buscaban a Dios hecho hombre. ¡Y la luz de Dios, en forma de estrella, los guió hasta Jesús!
Pablo.- ¿Y tú? ¿Buscas a Dios como los Magos, o te has quedado enganchado en tu vida cómoda? ¿O quizás no sabes dónde encontrarlo? “La fe y la oración, son las mejores estrellas”.
Jorge.- Este día, es “La Epifanía del Señor”, es decir: La manifestación de Dios a todas las naciones. ¡Los Magos, representan a todas las razas, culturas, y pueblos del mundo!
Alfonso.- ¡Ya entiendo! “El amor no tiene fronteras” Nadie se puede apoderar de Dios. Y hasta la sabiduría de Oriente, y la ciencia, reconocieron en Jesús, al mismo Dios.
Lucía.- Esos extranjeros, deslumbrados por su grandeza, le ofrecieron tres regalos: “Oro”, por ser Rey. “Incienso”, por ser Dios. Y “Mirra”, que es una resina perfumada, por ser Hombre.
Pablo.- Tus padres, la parroquia, tus catequistas te han ayudado a encontrar la fe que Dios te ha dado, y te han mostrado el amor de Dios.
Jorge.- ¿Y ante la Eucaristía de cada domingo? ¿Qué regalos le vas a llevar a Jesús? ¿Quizás el Oro de tu tiempo, y la ayuda a los más necesitados? Porque Jesús es tu Rey
Alfonso.- ¿O tal vez, el Incienso de tus oraciones y visitas a los enfermos? Porque tu sonrisa, es la presencia del Jesús-Dios.
Lucía.- ¿O vas a perfumar con la Mirra de tu amor, al alejado de su familia, al extranjero, o al que ha perdido el sentido de la Navidad? Porque Jesús, también sufrió como Hombre
Pablo.- ¡Y ahora, ponte en marcha y busca tu estrella! ¡No la dejes pasar de largo! ¡Tu premio es la presencia de Dios! “No vayas con las manos vacías: Llévale a Jesús, la humildad de los pastores, y la sabiduría de los Magos”