Jesús y sus discípulos entraron en Cafarnaún, y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados por su enseñanza, porque no enseñaba como los letrados, sino con autoridad. Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar: “¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios”. Jesús lo increpó: “Cállate y sal de él”. El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió. Todos se preguntaron estupefactos: “¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta los espíritus inmundos les manda y le obedecen”. Su fama se extendió enseguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.
DIÁLOGO
Irene.- ¡“Cállate y sal de él”! Con estas palabras, Jesús expulsó a los demonios del interior del hombre. Con su autoridad, venció al mal.
Jorge.- Jesús estaba en la sinagoga, lugar en donde se reunían los judíos, para hablar de Dios y para enseñar su Palabra.
Lucía.- Jesús, hablaba claro, y contra el mal, no se andaba con “medias tintas”: ¡Porque el mal es la ausencia del amor de Dios! ¡Y sin Dios-amor, no se puede vivir!
Pablo.- ¡Jesús nos enseña a decir NO! Un NO claro a la violencia, un NO claro a la mentira, un NO claro a la vida egoísta en que vive nuestra sociedad.
Irene.- ¡Creo que lo entiendo!: “No se puede amar a ratos”, “No se puede amar a los amigos y No amar y respetar a los padres”. ¡Eso es vivir en la mentira!
Jorge.- La familia, debe ser la mejor escuela de amor, donde Jesús debe de estar más presente. “Y cuando el diablo se quiera abrir paso”: ¡Lo echaremos entre todos con autoridad!
Lucía.- La autoridad de una familia, se nota en la unidad de sus miembros, en el respeto al hablar, en la ausencia de la violencia: ¡Para conseguirlo, Jesús es el mejor maestro!
Pablo.- El diablo se presenta en forma de soberbia: ¡Yo lo sé todo, no me hace falta tu ayuda! ¡Déjame en paz, no te importa mi vida!
Irene.- Si vence el diablo, se contagia, y las respuestas se vuelven groseras y maleducadas. ¡Actúa como Jesús: y calla al diablo con tu prudencia, serenidad y fortaleza!
Jorge.- ¡Ya lo sabes! Tú no puedes evitar que alguien tenga un mal día, pero si puedes controlar tu reacción, para que sea sencilla y amorosa.
Lucía.- ¡La familia no es un frontón donde estrellar tus problemas y tus agobios! Es el mejor lugar para compartirlos, y consolar tus dudas y tus penas.
Pablo.- La oración y la fe en Jesús, serán tus mejores aliados para echar los demonios de tu vida, para sembrar la paz a tu alrededor. Y recuerda, los huecos del amor, los rellena la violencia. ¡No dejes ni un hueco en tu corazón, y ama hasta que te duela!
¡LA GENTE BUENA, SIEMPRE GANA!